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La cátedra nacional de economía política Arturo Jauretche busca recuperar la experiencia de las Cátedras Nacionales de los años setenta para pensar en clave nacional los grandes problemas económicos del país.

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lunes, 4 de mayo de 2009

Otra vez la zoncera del libre mercado

Por Rodrigo López.
Investigador CEFID-AR, Docente de la Catedra Nacional de Economia Arturo Jauretche

Mientras Estados Unidos realiza el más amplio y ambicioso paquete de intervención sobre su economía, que va desde subsidios a francas estatizaciones, en nuestro país los principales capitalistas nucleados en el Grupo de los Siete se reunieron el pasado miércoles 14 de abril para denunciar preocupados una avanzada del sector público sobre el sector privado en la Argentina. El Grupo de los Siete está compuesto por las cámaras empresariales más poderosas de los principales sectores de la economía nacional: UIA, ADEBA, Bolsa de Comercio de Bs. As, Sociedad Rural Argentina, CRA, Cámara Argentina de la Construcción y Cámara de Comercio. Dichos sectores se han beneficiado de manera notable durante los años de crecimiento del modelo sostenido por el gobierno. Los bancos de estar tapiados pasaron a ocupar el primer puesto de crecimiento desde 2005 pesificación asimétrica mediante; el sector industrial recuperó su producción al limite de encontrar en algunas ramas el tope de utilización de la capacidad instalada gracias al nuevo esquema cambiario, a la inversión pública y a los subsidios como el de exenciones impositivas para la compra de bienes de capital; el sector agropecuario pasó de los juicios por remates de tierras de la convertibilidad a expandir su producción sojera obteniendo una de las tasa de ganancia más alta de la economía gracias al tipo de cambio que multiplicó sus ingresos por tres; el sector de la construcción fue uno de los primeros y más completos beneficiarios del modelo que expandió como ninguno la obra pública y fomentó la privada llevando incluso a elevar de forma fenomenal los costos de la construcción y alcanzar el pleno empleo de la mano de obra; el sector comercial pasó de sufrir a carne pelada el achicamiento del mercado interno por la recesión de 5 años de la convertibilidad a gozar de un período récord de sostenimiento del consumo privado, recuperación de shoppings y supermercados, coronados con la yapa del despegue inédito del turismo internacional propiciado por el tipo de cambio y las políticas al sector. ¿Realmente quieren la no intromisión del estado?
El reclamo contra el avance estatal no puede entenderse desde el plano económico sino que se trata de un acto político. Arturo Jauretche decía “a la intervención de ellos la llaman libre empresa”. Efectivamente, el dejar hacer al sector privado su voluntad absoluta trae consecuencias a terceros (externalidades) por involucrar bienes públicos. Las decisión de inversión pueden ser muy rentables a una empresa o sector, pero pueden no ser convenientes en absoluto para el perfil productivo del país en su conjunto. Ni hablar del manejo del crédito o las divisas, las decisiones de cartera que pueda hacer una empresa o individuo pueden llevar a una situación perjudicial para el conjunto de la población, como ser un déficit en el balance de pagos que obligue al gobierno a tomar deuda externa. Entonces, tales libertades individuales en realidad terminan definiendo rumbos y situaciones de orden nacional, donde la soberanía, hasta ahora la tiene el Estado.
Los sectores dominantes siempre alarmados por el agrupamiento de los sectores populares desconociendo su condición epistemológica y política de existir como tales no se distribuyen uniformemente en la atomización del mercado de competencia perfecta, sino que se congregan, parece tonto decirlo, en cámaras y asociaciones empresarias que velan por sus intereses. Este velar lo ejercen a través de acciones concretas como los comunicados que expresan en sus reuniones, paradójicamente siempre preocupados por otro orden colectivo mayor como ser la Nación, la República, la Patria, el País etc. El “hay que cuidarse del avance del sector público” que expresó el Sr. Wagner, titular de la CAC representa el grado de miopía y anacronismo respecto no solo a 70 años de teoría económica y más de 150 años de historia de la industrialización de los países, sino a las políticas que actualmente están llevando a cambio las potencias capitalistas más importantes del mundo para poder salir de la crisis.
En estos 6 años lo han tenido todo, pero quieren más, ya no alcanza con el crecimiento sino que anhelan pararse arriba de la historia y ejercer el poder de forma plena, sin intromisiones a la hora de definir los rumbos últimos del país y sus habitantes. Como decía Jauretche “quieren la chancha, los veinte, y la máquina de hacer chorizos”, llegar al Bicentenario con el Estado a su pies.