Por Andres Asiain*.
Tras la extensión de las asignaciones por hijo a las familias que no tienen empleo formal se ha desatado una fuerte campaña mediática de desprestigio a las políticas sociales llevadas adelante por la actual administración. Programas televisivos de denuncia descubren madres ponedoras en afán de cobrar asignaciones, intendentes chorros y cooperativas inexistentes; senadores que hablan de que las asignaciones se gastan en el juego y la droga; economistas “serios” afirman que el sector privado mantiene de su bolsillo incluso a los empleados estatales, y parece que ya no se habla del parquet para el asado por el precio al que está la carne y el uso extendido del cerámico.
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*Economista de la CNE Arturo Jauretche y el CEMOP-Madres de Plaza de Mayo