Con el pan bajo el brazo.
La migración es un derecho humano y no debería evaluarse sólo en términos económicos, pero hasta con ese parámetro es positiva. Según diversos estudios, su aporte compensa cada peso que reciben en educación, salud y previsión social.
Producción: Tomás Lukin
Una normativa ejemplar
Por Ernesto Mattos *
Las crisis económicas son expulsoras de fuerza de trabajo en cada rincón del globo. En Estados Unidos se decidió la construcción de un muro en la frontera con México para frenar a los millones de migrantes, aunque esa iniciativa no resolvió ninguna cuestión vinculada con las crisis de Internet y las hipotecas subprime. Cruzando el Atlántico, los fracasos de los objetivos de la estrategia de Lisboa (2000), que suponía una Unión Europea competitiva y desarrollada para 2010, se expresaron en la especulación financiera y la liberalización económica que terminó con diversas crisis en Grecia, Italia, Irlanda, Portugal y España, amenazando con romper el respaldo del euro.
*Lic. en Economía (UBA), Investigador del Centro Cultural de la Cooperación, Docente de la Cátedra Nacional de Economía Arturo Jauretche.
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Son necesarios.
La migración es un derecho humano esencial e inalienable de las personas. Así lo establecen los pactos internacionales, que en nuestro país tienen rango constitucional, y la legislación nacional. Los procesos migratorios, por lo tanto, no deben analizarse desde una perspectiva utilitarista.
Por Nicolás Diner *
*Licenciado en Administración (UBA), miembro del Departamento de Trabajo y Empleo de la SID - Capítulo Buenos Aires - www.sidbaires.org.ar