“Cada vez que la situación económica estaba a punto de explotar por causa del despilfarro populista, venía el golpe militar que hacía el ajuste. Eso permitía ordenar la economía y restituir la caja para que un nuevo populismo pudiera hacer de las suyas”, señala Ricardo Esteves en una reciente columna de opinión. Para el empresario, “el hecho de que los procesos de ajuste abortaran precozmente para ceder el paso a nuevos populismos hizo que la sociedad sólo percibiera los costos y nunca los beneficios de los proyectos ajustadores”. Por eso ve “una ventana de esperanza” en el último resultado electoral, que entiende como un respaldo de la sociedad a un gobierno que “con la ayuda masiva de crédito externo” aplica “un moderado proceso de ajuste”.
Esteves mete en una misma bolsa dos ciclos político-económicos muy diferentes. Su relato se corresponde con la interpretación liberal de los ciclos de freno y arranque propios del proceso de industrialización sustitutiva que rigió entre 1940 y1975. Bajo la mirada liberal, los gobiernos populares generaban un consumo y gasto público excesivos provocando inflación y pérdida de competitividad. Los gobiernos militares “corregían” esos desequilibrios con devaluaciones que transfieren ingresos a los grupos exportadores, disminuyendo el mercado y la actividad interna.[...]