Conscientes de que el desarrollo industrial es la clave del crecimiento de un país, los ingleses llegaron a cometer atrocidades en algunas de sus colonias para imponer sus manufacturas. Por ejemplo, en la India -hacia 1940- hubo miles de mujeres tejedoras que fueron mutiladas para que cesaran su producción casera, que competía con los tejidos de las fábricas británicas. Les cortaron los dedos pulgares. El ejemplo fue mencionado por Ernesto Mattos, docente de Economía de la UBA, que ofreció una conferencia en esta ciudad hace pocos días.
Explicó que la clase trabajadora argentina estuvo sumergida en la explotación durante muchos años, sobre todo porque el modelo económico que se impuso desde los gobiernos de Sarmiento, Mitre y Roca fue el agrícola ganadero. Sin embargo, ya entonces había opiniones progresistas, como la de Manuel Belgrano, que advirtieron que la ganadería sola no era la solución. Desde las páginas de La Gazeta de Buenos Ayres alertaba sobre la necesidad de adecuar la producción agrícola hacia el objetivo de un futuro desarrollo industrial. Como él, Moreno, Castelli, Monteagudo y San Martín, entre otros, opinaban de manera similar. Pero la línea que triunfó fue la de Mitre, Sarmiento y Roca, plasmada en la Constitución de 1853 y que consolidó el modelo agroexportador.
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