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La cátedra nacional de economía política Arturo Jauretche busca recuperar la experiencia de las Cátedras Nacionales de los años setenta para pensar en clave nacional los grandes problemas económicos del país.

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jueves, 27 de diciembre de 2012

Mito económico: La “chavización” de la economía argentina.

Por Andres Asiain y Lorena Putero (Cátedra Nacional de Economía Arturo Jauretche)
Uno de los latiguillos que utilizan los defensores de las grandes corporaciones que se esconden bajo el eufemismo del mercado, es que cualquier intervención estatal que regule su actividad constituye un paso hacia la “chavización de la economía”. La previa demonización mediática del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, les permite utilizarlo como un cuco con el que espantar a empresarios. De esa manera se busca socavar el apoyo a políticas como la aplicación de retenciones a la exportación de granos, oleaginosas y petróleo, la pesificación de las tarifas, la nacionalización de las AFJP, la expropiación del 51 por ciento del paquete accionario de YPF o la regulación del mercado cambiario. Esas medidas que contribuyeron a sostener un proceso de crecimiento económico del que se beneficiaron la mayor parte de los empresarios y profesionales, les son presentadas como pasos previos a su futura expropiación cuando la “chavización” ya sea total.

En primer lugar, hay que aclarar que a los empresarios y profesionales de Venezuela –a quienes se asusta con la “cubanización de su economía”–, no les ha ido nada mal bajo el mandato de Chávez. En grandes números, la producción, el consumo y la inversión se expandieron en más de un 80 por ciento bajo la administración bolivariana, incrementando enormemente el mercado para sus empresarios y las posibilidades de éxito de los profesionales caribeños. Además, muchas de las políticas que se presentan como una avanzada frente a la iniciativa privada, no han hecho más que fomentarla. De la mano de la recuperación de Pdvsa, florecieron numerosos proveedores y transportistas en zonas históricamente marginadas como el delta del Orinoco. La implementación del presupuesto participativo permitió a pequeños y medianos empresarios de los diversos pueblos y ciudades venezolanas ganar licitaciones que antes sólo eran accesibles a grandes grupos trasnacionales. La impresionante obra pública que caracteriza al régimen chavista no sólo expandió las oportunidades de negocios empresariales, sino que también amplió la infraestructura –especialmente de transporte– reduciendo los costos de la actividad privada y mejorando su competitividad. 

martes, 18 de diciembre de 2012

En Tiempo Argentino: Nota de Opinión.

"Lineas de créditos para inversión productiva".
Por Rodrigo López (Cátedra Nacional de Economía Arturo Jauretche).

El éxito de esta primera etapa estimula la profundización de las metas en futuras ediciones
La línea de crédito para la inversión productiva funcionó como prueba piloto de la nueva Carta Orgánica para regular la orientación del crédito: salió por Comunicación del BCRA en vez de reformar la Ley de Entidades; se estableció sólo por un plazo de seis meses, e involucró apenas el 5% de los depósitos con el sector privado
A días del 31D, fecha de vencimiento del plazo, la política fue exitosa. Según informes del BCRA, la mayor parte de los créditos fueron colocados, o ya están comprometidos, siguiendo los protocolos del sector. Las entidades cumplieron con la normativa, se otorgaron créditos a la compra de bienes de capital y construcción de instalaciones a tasas nominal fija del 15%, por un plazo no menor a tres años, adjudicando la mitad a MiPyMEs. Sería un error juzgar la medida más allá de sus pretensiones. Por el volumen y la coyuntura en que se desenvolvió, no puede esperarse que sea capaz de revertir una desaceleración de la economía. Si bien se trata de casi $ 15 mil millones, no implica un monto nuevo, sino una pequeña redirección al interior de las carteras de los bancos. 

En Mitos Económicos: Relación entre Reservas en divisas y base monetaria.

“La moneda como respaldo”
Por Andrés Asiain y Lorena Putero (Cátedra Nacional de Economía Arturo Jauretche).

La nueva Carta Orgánica del Banco Central eliminó una excentricidad que Argentina había heredado de los tiempos de la Convertibilidad: el respaldo en moneda extranjera de los pesos emitidos. A partir de la reforma, la cantidad de billetes en circulación obedece a los requerimientos de la actividad económica interna, como sucede en los demás sistemas monetarios del mundo. Por otro lado, la política de acumulación de reservas depende de las necesidades previstas para futuras compras de productos importados, vencimientos de deuda externa, remisiones de utilidades de las multinacionales, el gasto de argentinos que viajen fuera del país o para persuadir a quienes especulen con una devaluación e inicien alguna corrida cambiaria.

Esta innovación generó la angustia de muchos economistas ortodoxos, que consideran que el valor de la moneda depende de su respaldo en alguna divisa fuerte. Las previsiones de una fuerte desvalorización del peso no se hicieron esperar, hecho que fue oportunamente explotado por grandes medios de comunicación para fogonear la corrida que obligó a imponer las recientes regulaciones del mercado de cambios. La catástrofe no llegó y si bien el peso continuó perdiendo valor, lo hizo al mismo ritmo de cuando era convertible, por el efecto de una inflación que poco y nada tiene que ver con el nivel de reservas del Banco Central.
 

lunes, 10 de diciembre de 2012

En mitos económicos: La plata de los jubilados.

La recuperación del sistema previsional de reparto.
Por Andres Asiain y Lorena Putero (Cátedra Nacional de Economía Arturo Jauretche)
La estatización de las AFJP despertó en grandes medios de comunicación, economistas del establishment y políticos conservadores una nueva vocación por la defensa de los intereses de los jubilados. Quienes justificaron los recortes del 13 por ciento de los haberes en el marco de los planes de ajuste del gobierno de la Alianza pasaron a reclamar mayores incrementos de las jubilaciones, al señalar como insuficiente que la mínima haya pasado de 150 a 1924 pesos en diez años, un incremento del 150 por ciento en términos reales, si se descuenta la pérdida de poder de compra por inflación, según se refleja en las estadísticas provinciales. El crítico estudio al que someten las inversiones de la Anses contrasta con el silencio con que apañaban comisiones superiores al 30 por ciento sobre los aportes que cobraban las administradoras privadas, o las especulaciones que realizaban con los fondos que administraban beneficiando a empresarios amigos, como el Grupo Clarín. Tan repentina conversión lleva a preguntar qué hay detrás.

En Revista Integración Nacional.

Inflación y soberanía económica.
Por Gastón Navarro (Director Revista Integración Nacional)

Una de las cuestiones pendientes a resolver para el Gobierno Nacional es la inflación. Una variable económica que repercute directamente en el poder adquisitivo de los argentinos.
Los sectores opositores que expresan a la rosca oligárquica, apuntan la crítica sobre la inflación a Cristina Fernández de Kirchner, y asientan uno de los principales puntos de la campaña política mediática diseñada para influir en la opinión pública y golpear al Ejecutivo nacional. 
 
Los insumos básicos como el acero, el petróleo y sus derivados, la agroindustria, las industrias químicas y la celulosa, en gran parte están ligados al capital extranjero o son empresas locales muy transnacionalizadas.
En los sectores con mayor influencia en la producción industrial también se ve la misma estructura de mercado, dominada principalmente por Techint. Un reciente informe realizado y comentado por los economistas,  Andres Asiain y Ernesto Mattos del CEMOP-Madres de Plaza de Mayo y la Cátedra Nacional de Economía Arturo Jauretche, nos muestra la concentración. La chapa laminada, tanto en caliente (84%) como en frío (99%) está en manos de Siderar (grupo Rocca). El hierro redondo lo concentran cuatro empresas, el 72% Acindar (también de Techint) a la cabeza.
El cemento está concentrado en un 96% por tres empresas, Loma Negra (48,55%), Minetti y Avellaneda. Un escenario parecido existe en la petroquímica, en el que una sola empresa, PBB Polisur, concentra el 93%.
 

En Tiempo Argentino: Suplemento Económico

Por Ernesto Mattos 
 
Habrá un escenario para seguir batallando y lograr que el sistema financiero sirva a la producción.
Según el Informes de Bancos del BCRA el sistema financiero ha mostrado, post crisis 2008, un crecimiento constante en sus margenes de rentabilidad, a un promedio anual de 10.730 millones de pesos. Si comparamos entre 2011 y los primeros nueve meses de 2012 las cifras son las siguientes: 14.720 y 14.496 millones de pesos. Significa que en los primeros nueve meses de 2012 casi que se recuperó la rentabilidad del año anterior. Mientras que, si se toma solamente la rentabilidad de los bancos privados, las cifras para el mismo período, arrojan una rentabilidad anual promedio de 6954 millones de pesos; y entre 2011 y 2012 (enero a septiembre). Ocurre una similar situación al sistema financiero, se recupero casi el 98% de rentabilidad en los primeros meses de 2012. En este contexto de bonanza y amplio margen de rentabilidad del sistema financiero y de los bancos privados, el BCRA está buscando llevar adelante las políticas, previa carta orgánica modificada, que cumplan los objetivos de estabilidad monetaria y financiera con desarrollo económico y equidad social. Los canjes de 2005-2010 proporcionaron mayores condiciones para continuar la recuperación económica. 
 
Nota completa: El sistema financiero al servicio de la producción. 

En Plan M: Debate sobre el sitema jubilatorio.


El compañero Andres Asiain en el programa de Maximiliano Montengro, debatiendo sobre el sistema jubilatorio y sus implicancias económicas.

lunes, 3 de diciembre de 2012

En Mitos Económicos: Jubilaciones sin aporte completos y AUH.

“Plan descansar”
Por Andres Asiain y Lorena Putero (Cátedra Nacional de Economía Arturo Jauretche)

Los grandes movimientos populares del siglo XX tuvieron un fuerte componente clasista. Eva Perón hacía referencia a que para el peronismo existía “una sola clase de hombres, los que trabajan”. Esa doctrina justificaba las políticas sociales y redistributivas que ampliaban los derechos del pueblo y reducían los privilegios de una oligarquía considerada parasitaria. El neoliberalismo también apela a dividir la sociedad entre quienes trabajan y quienes viven del trabajo ajeno.
El primer grupo comprende a los que reciben ingresos a través del mercado, y los vividores son quienes apelan a la ayuda estatal. Esta visión, que justifica la división de la sociedad entre incluidos y excluidos, considera a los 2,5 millones de jubilados con aportes incompletos, los 3,5 millones de hijos de trabajadores informales que perciben asignaciones y cientos de miles de trabajadores de distintos planes sociales, como vagos mantenidos gracias a los impuestos que pagan quienes trabajan en el sector privado.

Mito completo: Plan descansar.