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La cátedra nacional de economía política Arturo Jauretche busca recuperar la experiencia de las Cátedras Nacionales de los años setenta para pensar en clave nacional los grandes problemas económicos del país.

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martes, 4 de marzo de 2014

En Infobae: No se puede hacer más lento.

Por Rodrigo López.

El ilusionista René Lavand solía rematar sus trucos de naipes diciendo “No se puede hacer más lento”. Hace unas semanas, Juan Carlos Fábrega, presidente del BCRA, hizo aparecer, como por arte de magia, una carta con la que logró frenar el culebrón cambiario de enero, cautivando a propios y extraños. En realidad, al igual que Lavand (quien también había sido bancario de joven), la carta que jugó Fábrega nunca había salido del mazo. La Comunicación “A” 5536 del BCRA, que obliga a los bancos a desprenderse de su posición en divisa o activos dolarizados del patrimonio neto que superen el 30% en cartera y el 10% en mercado de futuros, se encontraba en el mazo del BCRA desde marzo de 2003.
La medida se había creado mediante la comunicación “A” 3889, que establecía las mismas condiciones que la vigente en la actualidad. Por ese entonces, la economía argentina, si bien mostraba signos de recuperación en su nivel de actividad, aún no daba certezas en el mercado cambiario, signado por el default y la negociación de la deuda aún pendiente. Como todo truco de magia, tal primera parte consistió en “la promesa”. Se mostró en vigencia hasta que fue suspendida en mayo de 2005, mediante la comunicación “A” 4350. Esta segunda parte del truco fue “la desaparición”. Es el acto temerario que suscita la atracción de los espectadores. Aquella circular le soltó la cadena a los bancos, desafiándolos a adquirir todos los dólares que quisieran. En 2005, la entrada de dólares por comercio exterior no tenía contrapartida en la fuga financiera. Eran tiempos en que el BCRA trataba de que no se apreciara el tipo de cambio, y acaparaba divisas constituyendo el colchón de reservas para disuadir eventuales corridas contra el peso.
El asombro continuó con otra muestra de osadía: al finalizar ese mismo año, el gobierno utilizó cerca de 10.000 millones de dólares para cancelar por anticipado la deuda con el FMI. Sin temblar ni perder nunca la sonrisa, Felisa Miceli se sometió a que le serrucharan casi un tercio de las reservas para ganar autonomía frente al FMI. El riesgo de la medida no hacía más que mostrar la seguridad del gobierno en su programa económico. Efectivamente, al poco tiempo las reservas ya se habían recuperado. Los datos muestran que los bancos no cambiaron sustancialmente su tenencia de divisas en sus patrimonios. Es que por entonces había inversiones con mejores rendimientos.
A partir de 2007, con la crisis financiera internacional y la posterior pérdida de la batalla por las retenciones móviles frente al sector proveedores de divisas y de inflación, se desencadenó una fuga de capitales creciente que en parte sólo fue contenida improvisando un creciente control de cambios desde fines de 2011. Los dólares no egresaban, pero tampoco ingresaban al sistema. En 2013 no salió ni el viejo truco de la moratoria, nadie quiso poner sus dólares dentro de la galera para que sacaran Cedines, y nadie quiso subirse como blanco al escenario del BAADE siendo la AFIP el lanzador.
Para diciembre de 2013 se aceleró la depreciación de la moneda. En enero de 2014, las pérdidas de reservas del BCRA no podían contener la disparada del dólar en todas sus variantes. El gobierno había salido a decir que la depreciación que llevó al dólar a $8 pesos la había hecho el mercado (luego resultó ser una sola empresa) pero que estaban conformes, como si finalmente se hubiera dado con el justiprecio cambiario para la economía argentina.
 
Opinión completa: No se puede hacer más lento.

En Página/12. Temas de debate: Como se relacionan los países de América Latina con China.

La relación con el gigante asiático.
 
En los últimos años se reconfiguró el comercio internacional y se incrementó el nivel de precios de los commodities dada la demanda de la modernización en China. Cómo impacta la estrategia de desarrollo de ese país en la economía mundial y particularmente en Sudamérica.
 
El socialismo de mercado

Por Martin Burgos.

Las últimas decisiones del politburó de China han dado lugar a numerosas interpretaciones sobre la estrategia de desarrollo de ese país, y sus posibles repercusiones sobre la economía mundial. La principal discusión parece centrarse en el carácter de esas decisiones, en particular si constituye una transición hacia un modelo capitalista liberal. Esta es una oportunidad para ofrecer una perspectiva de largo plazo sobre el modo de desarrollo chino, cuya complejidad no puede captarse cabalmente con la mezcla de apertura neoliberal con filosofía oriental que suele difundirse al respecto. Esa interpretación deja de lado aspectos importantes del sistema económico chino, que configuran lo que se denomina “socialismo de mercado”.
Los cambios graduales que vienen generándose desde 1978 son en primer lugar cambios institucionales que operan sobre una economía planificada, muy poco monetarizada y de carácter paramercantil, heredada de la etapa maoísta. La unidad de análisis de la economía China hasta la década del 80 era la “unidad de trabajo”, una fábrica-hogar, en la cual la fábrica le aseguraba al obrero educación, salud, restauración, y un salario directo mínimo, en contraparte de su fuerza de trabajo. En ese esquema, el partido, los sindicatos, los cuadros altos, eran todos canales de disciplinamiento laboral orientado a lograr una productividad razonable.
El objetivo de las reformas fue autonomizar las empresas estatales otorgándoles personalidad jurídica en el marco de un naciente derecho privado. Y allí radica una de las claves para entender la economía china actual: la “privatización” de la economía no es la venta del patrimonio público, sino solamente la concesión de la gestión de la empresa a un grupo privado. De esa manera, en 2005 se calculaba que la mitad de las empresas industriales del país eran de propiedad totalmente pública, y la otra mitad parcialmente pública. Esos espacios de acumulación privados sirvieron para fomentar las exportaciones de industrias ensambladas que le permitieron a China afirmarse en los mercados mundiales.


En Tiempo Argentino: Una política para reducir los costos de transporte y comercialización.

Por Andrés Asiain.

La reciente aceleración de la inflación, especialmente en el rubro de los alimentos, ha puesto a los componentes de formación de los precios bajo la lupa de la sociedad argentina.
En esa búsqueda se ha revelado que en muchos casos los costos de transporte y comercialización son tan importantes como los de la materia prima y su elaboración. 
Una política que apunte a reducir el número de intermediarios entre el comienzo y el final de la cadena de producción y distribución puede contribuir a brindar un precio redituable a los productores, sin que ello signifique convalidar los abusivos precios que muestran las góndolas en los últimos meses.
En el caso de los alimentos, la concentración de la comercialización mayorista en un único mercado, si bien permite ciertas economías de escala, también encarece algunos costos de distribución y logística. Ello es especialmente cierto en localidades alejadas de dicho mercado, donde muchas veces las producciones de alimentos desde zonas cercanas recorren cientos de kilómetros hasta el mercado de Buenos Aires, para luego desandar el camino hacia la góndola de un supermercado del interior.
 

En el Suple-Eco (Tiempo Argentino): Modificar la estructura del mercado.

Por Nicólas H. Zeolla.

Uno de los temas más importantes de la política económica en estos días es, sin lugar a dudas, la evolución de los precios.
La importancia de la inflación, junto con el nivel de actividad, son las variables determinantes del salario real.
En los países periféricos como Argentina, el fenómeno inflacionario es multicausal. Eso quiere decir que en su explicación conviven distintos elementos, como es el componente cambiario (la devaluación del tipo de cambio), el componente inercial o indexación (lo que ajustan año a año los contratos salariales, alquileres, etc.) y la puja distributiva (qué porción de la torta de ingresos se llevan el salario y las ganancias). En este último elemento tiene mucha importancia la estructura de los mercados, sobre todo el nivel de concentración de la producción.
Por ello, para preservar el poder adquisitivo del salario es necesario poner un ojo sobre aquellos sectores concentrados, principalmente las empresas productoras y comercializadoras de los bienes que componen la canasta alimentaria.
Una excelente iniciativa de política económica sería la creación de mercados populares. Esto podría hacerse mediante la extensión de mecanismos que ya existen (como es la logística vinculada a las redes de comercialización del mercado central) o la creación de nuevos (en asociación con cooperativas de productores), acercando ambos lados de la cadena de distribución y consumo y evitando los costos extras que impone la cadena concentrada de comercialización. Sin embargo, un conjunto de aspectos debería tenerse en cuenta. Uno es el aspecto local de la producción.

Mito económico (Página/12-Cash): De Yrigoyen a Kirchner.

Populismo e inflación.

Por Andrés Asiain y Lorena Putero

A lo largo de nuestra historia, los economistas ortodoxos no han dudado en señalar a los gobiernos populares como los causantes de la inflación, en su tendencia a emitir moneda para financiar gastos con los que satisfacer las demandas sociales. Desde la vereda opuesta, los estructuralistas han rechazado esas explicaciones simplistas, brindando explicaciones alternativas en cada período histórico. Por ejemplo, mientras que en la actualidad los monetaristas responsabilizan del alza de los precios a la emisión monetaria del “populismo K”, desde la tribuna estructuralista les responden que el alza de los precios se explica por el impulso que dio el aumento del precio de los alimentos entre 2006 y 2008 (promovido por el alza mundial de las materias primas y el desabastecimiento patronal local), a la tradicional puja distributiva que se manifiesta en aumentos secuenciales de salarios, precios y tipo de cambio.
También en los años ochenta, ambas escuelas diferían sobre las causas de las elevadas tasas de inflación coronadas por la híper. Para los ortodoxos que añoraban la dictadura militar, era generada por el “populista” de Alfonsín que, para ganar elecciones, emitía sin control sosteniendo ineficientes empresas estatales y elevados salarios públicos. Desde el campo heterodoxo se sostenía que la inflación era el resultado del déficit estructural de las cuentas externas provocado por la deuda contraída por la dictadura, en un contexto internacional de bajos precios de las exportaciones y fuga de capitales. La consecuente devaluación permanente de la moneda tendía a acelerar las remarcaciones de precios que arrastraban una inercia inflacionaria del ciento por ciento como piso desde los tiempos del Rodrigazo.

Mito completo: De Yrigoyen a Kirchner.

En La Gaceta - Polìtica: Seguirá la misma política.

Las candidaturas deberán esperar. Los analistas políticos dicen que el ciclo kirchnerista no ha concluido, pero habrá que esperar hasta después del Mundial. Mientras tanto, la inflación sigue acechando. Algunos economistas la atribuyen a conductas especulativas; otros a la inacción oficial.

"Tirón de orejas de Cristina" Ernesto Mattos - Economista

Cristina Fernández, en su mensaje, ha puesto al desnudo nuevamente que cierto grupo de industriales, no todos, están más vinculados al comercio exterior y han apostado, durante este período de crecimiento, al mercado interno, lo que le dejó grandes ganancias. Pero esas ganancias no se ven expresadas en inversiones productivas. La capacidad instalada se mantiene en el 75% desde 2008 y, en ese tiempo, o invertís la plata en productividad o la mandás a la timba financiera, como el caso de algunos de sacar dólares afuera. Cristina le dio un tirón de orejas a esa franja industrial. Pero también sus palabras resaltaron los $ 55.000 millones en créditos recibidos por las PyME, que es la apuesta de este gobierno para hacer el debido contrapeso al lobby de la UIA. Las tasas de desocupación del 6,4% son una muestra de que el crecimiento económico argentino ha sido con inclusión social. Lo quiso dejar bien claro en su mensaje y por eso lo reiteró como logro. En suma, ella apuntó hacia los industriales que están haciendo una movida especulativa para desestabilizar la gestión y generar descontento social. Son los formadores de precios. 
 
Opiniones completas: Seguirá la misma política.

En Economìa Polìtica de C5N: Precios de los medicamentos.

El economista Ernesto Mattos participo de los informes sobre precios y especulación del programa Economía Política en C5N que conduce Roberto Navarro, todos los domingos de 21 a 22 hs.