Nuestro objetivo:
La cátedra nacional de economía política Arturo Jauretche busca recuperar la experiencia de las Cátedras Nacionales de los años setenta para pensar en clave nacional los grandes problemas económicos del país.
Visitas en total
Buscar dentro de la página:
Translate
lunes, 27 de octubre de 2014
En DiarioBAE: El cuadrilátero Estados Unidos, Cuba, Brasil y Argentina
Por Ernesto Mattos
Existen tres libros necesarios para tener un acercamiento y comprensión del rol que cumple Brasil en la región, la “La formación de los Estados en la cuenca del Plata”; “La formación del Imperio Americano” y “Argentina, Brasil y Estados Unidos” del autor Luiz Alberto Moniz Bandeira. Este autor tiene una mirada compleja y completa del proceso de la Cuenca del Plata y su relación con los imperios británicos y norteamericano, sin dejar de lado la importancia de Cuba y otras naciones. Ahora ¿Qué estuvo en juego en la segunda vuelta en Brasil? Estuvo en juego la último década del proceso social en Brasil, la disputa de dos proyectos de nación que tienen una política exterior diferente: una de alineación a la Alianza del Pacifico (Chile, Perú, Colombia y México) y la otra cercana a fortalecer el Mercosul, Unasur y Celac. Pero la primera a su vez asume otros riesgos para la región, el pasado junio India dio por cerrada las negociaciones de la OMC con respecto a las cuestiones agrícolas, con ello, sentencio a la ronda de Doha.
Pero como reacción apareció desde Washington dos propuestas, necesarias para concretar un área de libre comercio más amplia que el ALCA, la primera es el Tratado de Comercio e Inversiones UE-EUA y la segunda el Acuerdo Transpacífico de Cooperación entre Brunei, Chile, Nueva Zelanda, Singapur, Australia, Malasia, Perú, Vietman, Canadá y México y Estados Unidos. El primer acuerdo sirve para asegurar el mercado europeo y el segundo tiene el mismo sentido con respecto al mercado asiático y común competidor, China. Esta es la relevancia de los resultados en Brasil, si hubiera ganado Aecio hubiéramos estado a un paso de conformación de área libre comercio que pondría en peligro el proyecto de la Celac y la Unasur, principalmente.
Nota de opinión completa: El cuadrilátero Estados Unidos, Cuba, Brasil y Argentina
Mito económico (Página12-Cash): El plan de ajuste de economistas ortodoxos.
Por Andrés Asiain.
En una reciente nota publicada en el diario La Nación, un economista ultraortodoxo plantea al “cepo cambiario de octubre de 2011” como “una nueva y enésima ruptura del derecho de propiedad (el derecho de la gente a atesorar dólares)”. Esa medida habría generado “un contexto de gran desconfianza” por el que “la gente comenzó a dolarizar lo poco o mucho de su patrimonio”. El mediático economista liberal propone como única alternativa para terminar con las presiones cambiarias que jaquean a la economía nacional: “Un plan antiinflacionario de ajuste monetario y del gasto público que sea duro, sólido y creíble”. Ese plan opositor ya cuenta con la venia del sindicalista Hugo Moyano, quien manifestó su predisposición a acompañar con “responsabilidad el futuro gobierno” que “como van las cosas, va a tener que producir ajustes muy duros”.
Más allá del particular constitucionalismo de ese economista que equipara el derecho de propiedad con una política de desregulación cambiaria, en su análisis pasa por alto que la dolarización del patrimonio de “la gente” anticipó temporalmente al “cepo”. Fue justamente la masiva fuga de capitales que superaba los 3000 millones de dólares mensuales en septiembre de 2011 y acumulaba unos 79.000 millones de dólares desde su comienzo en 2007 la que motivó la imposición de restricciones a la compra de dólares. Se puede estar de acuerdo o no con la medida debatiendo su efectividad para terminar con la corrida, pero no se la puede responsabilizar de ser impulsora de un hecho que la antecedió y justificó. Ese error de diagnóstico, puede llevar a sugerir que la incertidumbre cambiaria y la fuga de capitales podrían solucionarse levantando el “cepo”. Por el contrario, el resultado más probable de semejante medida sería acelerar la pérdida de reservas derivando en una suba descontrolada del dólar oficial de consecuencias desestabilizadoras.
En una reciente nota publicada en el diario La Nación, un economista ultraortodoxo plantea al “cepo cambiario de octubre de 2011” como “una nueva y enésima ruptura del derecho de propiedad (el derecho de la gente a atesorar dólares)”. Esa medida habría generado “un contexto de gran desconfianza” por el que “la gente comenzó a dolarizar lo poco o mucho de su patrimonio”. El mediático economista liberal propone como única alternativa para terminar con las presiones cambiarias que jaquean a la economía nacional: “Un plan antiinflacionario de ajuste monetario y del gasto público que sea duro, sólido y creíble”. Ese plan opositor ya cuenta con la venia del sindicalista Hugo Moyano, quien manifestó su predisposición a acompañar con “responsabilidad el futuro gobierno” que “como van las cosas, va a tener que producir ajustes muy duros”.
Más allá del particular constitucionalismo de ese economista que equipara el derecho de propiedad con una política de desregulación cambiaria, en su análisis pasa por alto que la dolarización del patrimonio de “la gente” anticipó temporalmente al “cepo”. Fue justamente la masiva fuga de capitales que superaba los 3000 millones de dólares mensuales en septiembre de 2011 y acumulaba unos 79.000 millones de dólares desde su comienzo en 2007 la que motivó la imposición de restricciones a la compra de dólares. Se puede estar de acuerdo o no con la medida debatiendo su efectividad para terminar con la corrida, pero no se la puede responsabilizar de ser impulsora de un hecho que la antecedió y justificó. Ese error de diagnóstico, puede llevar a sugerir que la incertidumbre cambiaria y la fuga de capitales podrían solucionarse levantando el “cepo”. Por el contrario, el resultado más probable de semejante medida sería acelerar la pérdida de reservas derivando en una suba descontrolada del dólar oficial de consecuencias desestabilizadoras.
Mito completo: El plan de ajuste de economistas ortodoxos.
En el Suple-Eco (Tiempo Argentino): Similitudes y diferencias.
Etiquetas:
Exportaciones,
externa,
Importaciones,
restricción,
Soja
Por Martín Burgos.
Argentina entró desde hace dos años ya en una restricción externa implícita, que obliga al gobierno nacional a tomar medidas frente a la merma que está conociendo en su nivel de reservas. Si bien la tendencia se pudo revertir en el segundo trimestre de este año, la situación de hoy nos obliga a realizar comparaciones respecto de lo ocurrido el año pasado en la misma época del año.
Por un lado, la caída de los precios internacionales de petróleo es una buena noticia, dado que esto implicaría un menor gasto en importaciones en un rubro clave.
A eso le tenemos que agregar que la menor actividad económica local e internacional afectaría tanto las exportaciones como las importaciones de nuestros productos.
En lo comercial, pareciera que lo más preocupante es la caída de los precios de la soja que exportamos, que vale mucho menos que el año pasado.
En ambos casos el reflejo de los exportadores y los dueños parece ser la misma: retener soja, que algunos cálculos afirman que llegaría a la mitad de la cosecha.
Argentina entró desde hace dos años ya en una restricción externa implícita, que obliga al gobierno nacional a tomar medidas frente a la merma que está conociendo en su nivel de reservas. Si bien la tendencia se pudo revertir en el segundo trimestre de este año, la situación de hoy nos obliga a realizar comparaciones respecto de lo ocurrido el año pasado en la misma época del año.
Por un lado, la caída de los precios internacionales de petróleo es una buena noticia, dado que esto implicaría un menor gasto en importaciones en un rubro clave.
A eso le tenemos que agregar que la menor actividad económica local e internacional afectaría tanto las exportaciones como las importaciones de nuestros productos.
En lo comercial, pareciera que lo más preocupante es la caída de los precios de la soja que exportamos, que vale mucho menos que el año pasado.
En ambos casos el reflejo de los exportadores y los dueños parece ser la misma: retener soja, que algunos cálculos afirman que llegaría a la mitad de la cosecha.
Nota de opinión: Similitudes y diferencias.
En el Suple-Eco (Tiempo Argentino): Avanza la estrategia del gobierno para consolidar el sector externo hacia 2015
Etiquetas:
CIADI,
dólares,
RUFO,
vencimientos
Por Federico Schmalen
Los vencimientos de deuda hasta fin de año suman algo menos que 1500 millones de dólares, que equivalen a las liquidaciones extraordinarias que se lograron con el compromiso de las cerealeras. Las presiones cambiarias se han reducido.
Con el acuerdo sellado con las cerealeras el pasado miércoles el gobierno habría logrado dar un paso clave en su estrategia para poner un coto a los embates sobre el mercado cambiario y controlar la situación financiera, al menos, hasta la fecha clave de fin de año.
Es que, la impasse creada por la actitud de la Corte Suprema de los Estados Unidos frente al fallo Griesa que obligó un paréntesis en el camino que había adoptado el gobierno a partir de los acuerdos con el CIADI, el Club de París y Repsol, está cada vez más cerca de una instancia de resolución.
Faltan sólo 45 días hábiles para que la mentada cláusula RUFO expire y esto permita al gobierno desvincular la negociación directa que pueda desenvolver con los buitres vinculados al fallo del juez de Nueva York con el conjunto de la deuda reestructurada entre 2005 y 2010.
Según Andrés Asiain, director del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz, "El bono dollar linked impulsa las liquidaciones porque los pesos que obtienen tiene posibilidad de ser reinvertidos en una opción que cubre los riesgos de una futura devaluación. Así no pierden rentabilidad. El objetivo es el de evitar la profecía autocumplida, de generar expectativas que lleven a la compra de dólares y que fuercen una devaluación", explicó.
Las obligaciones de deuda según los distintos vencimientos de acá a fin de año equivalen a poco menos de 1500 millones de dólares, una cifra similar a la liquidación extraordinaria que se obtendrá a partir del acuerdo.
Los vencimientos de deuda hasta fin de año suman algo menos que 1500 millones de dólares, que equivalen a las liquidaciones extraordinarias que se lograron con el compromiso de las cerealeras. Las presiones cambiarias se han reducido.
Con el acuerdo sellado con las cerealeras el pasado miércoles el gobierno habría logrado dar un paso clave en su estrategia para poner un coto a los embates sobre el mercado cambiario y controlar la situación financiera, al menos, hasta la fecha clave de fin de año.
Es que, la impasse creada por la actitud de la Corte Suprema de los Estados Unidos frente al fallo Griesa que obligó un paréntesis en el camino que había adoptado el gobierno a partir de los acuerdos con el CIADI, el Club de París y Repsol, está cada vez más cerca de una instancia de resolución.
Faltan sólo 45 días hábiles para que la mentada cláusula RUFO expire y esto permita al gobierno desvincular la negociación directa que pueda desenvolver con los buitres vinculados al fallo del juez de Nueva York con el conjunto de la deuda reestructurada entre 2005 y 2010.
Según Andrés Asiain, director del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz, "El bono dollar linked impulsa las liquidaciones porque los pesos que obtienen tiene posibilidad de ser reinvertidos en una opción que cubre los riesgos de una futura devaluación. Así no pierden rentabilidad. El objetivo es el de evitar la profecía autocumplida, de generar expectativas que lleven a la compra de dólares y que fuercen una devaluación", explicó.
Las obligaciones de deuda según los distintos vencimientos de acá a fin de año equivalen a poco menos de 1500 millones de dólares, una cifra similar a la liquidación extraordinaria que se obtendrá a partir del acuerdo.
En Tiempo Argentino: El futuro del Mercosur, en juego.
Por Mariano Beristain
Los comicios en Brasil delinean el futuro del modelo socioeconómico inclusivo que ha regido buena parte de América Latina en los últimos tres lustros. La presidencia de Dilma ha continuado, en general, el camino de Lula y del kirchnerismo en la Argentina, asociado al desarrollo del mercado interno, la reducción de la brecha entre ricos y pobres y una mayor autonomía de los organismos financieros internacionales. "El triunfo de Dilma tiene muchos puntos en común con el modelo que adoptó la Argentina a partir del triunfo de Kirchner", reconoce Adriano De Fina, gerente de la Asociación de Importadores y Exportadores de la República Argentina (AIERA). Sin embargo, estas elecciones también son clave para la Argentina, porque además de tratarse del primer socio político y comercial, a ambos países los unen los mismos desafíos, dificultades y virtudes.
"Brasil en lugar de potenciar al Mercosur a través de su comercio exterior financió con la región el déficit comercial que tiene con otras potencias del mundo. Esto obviamente genera reacciones en otros países como la Argentina que cierra las fronteras para preservar su producción", explica el economista y profesor de la UBA, Andrés Asiaín. En otras palabras, la política de Brasil tiende a trasladarle parte de los efectos de la crisis internacional a la Argentina y otras naciones del universo Mercosur.
Los comicios en Brasil delinean el futuro del modelo socioeconómico inclusivo que ha regido buena parte de América Latina en los últimos tres lustros. La presidencia de Dilma ha continuado, en general, el camino de Lula y del kirchnerismo en la Argentina, asociado al desarrollo del mercado interno, la reducción de la brecha entre ricos y pobres y una mayor autonomía de los organismos financieros internacionales. "El triunfo de Dilma tiene muchos puntos en común con el modelo que adoptó la Argentina a partir del triunfo de Kirchner", reconoce Adriano De Fina, gerente de la Asociación de Importadores y Exportadores de la República Argentina (AIERA). Sin embargo, estas elecciones también son clave para la Argentina, porque además de tratarse del primer socio político y comercial, a ambos países los unen los mismos desafíos, dificultades y virtudes.
"Brasil en lugar de potenciar al Mercosur a través de su comercio exterior financió con la región el déficit comercial que tiene con otras potencias del mundo. Esto obviamente genera reacciones en otros países como la Argentina que cierra las fronteras para preservar su producción", explica el economista y profesor de la UBA, Andrés Asiaín. En otras palabras, la política de Brasil tiende a trasladarle parte de los efectos de la crisis internacional a la Argentina y otras naciones del universo Mercosur.
Nota completa: El futuro del Mercosur, en juego.
domingo, 26 de octubre de 2014
En Tiempo Argentino: Operativo retorno y un debate para frustrarlo.
Por Andrés Asiain.
Los intereses que a su vez son patrocinantes del ex superministro buscan reinstalar su figura en la sociedad argentina como la de un especialista capaz de resolver complejos problemas económicos que nos asedian.
La figura de Domingo Cavallo reaparece sistemáticamente en la historia de la deuda externa argentina de las últimas décadas. Desde su primera intervención como presidente del Banco Central, cuando los bancos y grupos económicos que habían tomado deuda en dólares se la transfirieron al Estado en medio de la crisis de "la tablita cambiaria" de Martínez de Hoz, pasando por la restructuración de la deuda en el marco del Plan Brady, ya como ministro de Economía de Menem a comienzos de los noventa. Así, hasta llegar a la firma del Megacanje como ministro de De la Rúa, maniobra mediante la cual algunos bancos prepararon su retirada ante el inminente colapso de la "Convertibilidad".
Quienes somos poco propensos a creer en las casualidades, semejante historial nos lleva a pensar en los motivos de su reciente reaparición en la escena política argentina. Lejos de la inocente presentación de un libro, la maratónica presencia en universidades, sociedades empresariales y medios de comunicación, coronada por la limpieza de pasivos judiciales que hizo el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°4 de la Capital, los intereses patrocinantes del ex superministro buscan reinstalar en la sociedad argentina su figura como la de un especialista capaz de resolver los complejos problemas económicos que nos asedian.
La coincidencia de ese "operativo retorno" con el fallo judicial Griesa que intenta jaquear la reestructuración y quita de deuda obtenidas en 2005 y 2010 parece indicar que ciertos intereses permanentes que se encuentran detrás de la historia del endeudamiento de nuestro país están preparando una nueva renegociación de la deuda más favorable a sus intereses. En ese potencial escenario de otra restructuración de la deuda realizada por un nuevo gobierno más "amigable con los mercados", la figura de Cavallo surge como el poseedor del know how para su realización: un "saber hacer" que la historia indica favorable a los intereses de los acreedores, y perjudicial para los de nuestra sociedad.
La figura de Domingo Cavallo reaparece sistemáticamente en la historia de la deuda externa argentina de las últimas décadas. Desde su primera intervención como presidente del Banco Central, cuando los bancos y grupos económicos que habían tomado deuda en dólares se la transfirieron al Estado en medio de la crisis de "la tablita cambiaria" de Martínez de Hoz, pasando por la restructuración de la deuda en el marco del Plan Brady, ya como ministro de Economía de Menem a comienzos de los noventa. Así, hasta llegar a la firma del Megacanje como ministro de De la Rúa, maniobra mediante la cual algunos bancos prepararon su retirada ante el inminente colapso de la "Convertibilidad".
Quienes somos poco propensos a creer en las casualidades, semejante historial nos lleva a pensar en los motivos de su reciente reaparición en la escena política argentina. Lejos de la inocente presentación de un libro, la maratónica presencia en universidades, sociedades empresariales y medios de comunicación, coronada por la limpieza de pasivos judiciales que hizo el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°4 de la Capital, los intereses patrocinantes del ex superministro buscan reinstalar en la sociedad argentina su figura como la de un especialista capaz de resolver los complejos problemas económicos que nos asedian.
La coincidencia de ese "operativo retorno" con el fallo judicial Griesa que intenta jaquear la reestructuración y quita de deuda obtenidas en 2005 y 2010 parece indicar que ciertos intereses permanentes que se encuentran detrás de la historia del endeudamiento de nuestro país están preparando una nueva renegociación de la deuda más favorable a sus intereses. En ese potencial escenario de otra restructuración de la deuda realizada por un nuevo gobierno más "amigable con los mercados", la figura de Cavallo surge como el poseedor del know how para su realización: un "saber hacer" que la historia indica favorable a los intereses de los acreedores, y perjudicial para los de nuestra sociedad.
Nota completa: Operativo retorno y un debate para frustarlo.
En Página/12: Agencia Comercializadora de Granos.
Por Alfredo Zaiat.
La producción agropecuaria es estratégica porque garantiza la provisión de alimentos para la población. Por ese motivo es de interés general la disponibilidad y acceso de esos bienes. El carácter esencial de esa actividad explica que ante fenómenos climáticos adversos (sequías o inundaciones) se declare la emergencia agropecuaria. Ante una situación de daño al campo dedicado al agro o ganadería, una ley nacional dispone que los gobiernos de las provincias afectadas deben primero declarar la emergencia o desastre para luego disponerlo el Poder Ejecutivo, que está facultado a ordenar una serie de medidas impositivas, fiscales y financieras para proteger y resarcir al productor. Ninguna otra actividad económica posee ese marco de cobertura estatal y lo tiene por la condición de ser clave para la economía y la sustentabilidad social entregada por la soberanía alimentaria. Si la producción agropecuaria es de interés general cuando enfrenta una coyuntura de emergencia, también lo debería ser cuando registra momentos de bonanzas o se verifican políticas de retención de cosecha afectando la disponibilidad de divisas perturbando la estabilidad financiera y social.
La producción agropecuaria es estratégica porque garantiza la provisión de alimentos para la población. Por ese motivo es de interés general la disponibilidad y acceso de esos bienes. El carácter esencial de esa actividad explica que ante fenómenos climáticos adversos (sequías o inundaciones) se declare la emergencia agropecuaria. Ante una situación de daño al campo dedicado al agro o ganadería, una ley nacional dispone que los gobiernos de las provincias afectadas deben primero declarar la emergencia o desastre para luego disponerlo el Poder Ejecutivo, que está facultado a ordenar una serie de medidas impositivas, fiscales y financieras para proteger y resarcir al productor. Ninguna otra actividad económica posee ese marco de cobertura estatal y lo tiene por la condición de ser clave para la economía y la sustentabilidad social entregada por la soberanía alimentaria. Si la producción agropecuaria es de interés general cuando enfrenta una coyuntura de emergencia, también lo debería ser cuando registra momentos de bonanzas o se verifican políticas de retención de cosecha afectando la disponibilidad de divisas perturbando la estabilidad financiera y social.
Acopio
Un reciente informe del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz estima que, de acuerdo a datos oficiales en base a los embarques, procesamiento de la industria y habilitación de registros de exportación (ROE), todavía restaría por comercializar entre 42 y 52 por ciento de la cosecha de soja 2013/14. Calcula que el acopio de la producción por parte de los productores representa entre 7000 y 11 mil millones de dólares. El documento evalúa que “en un contexto de baja en los precios internacionales del cultivo, este comportamiento especulativo de retener la cosecha sólo podría explicarse como parte de una estrategia que busca contraer la oferta de dólares, presionar el mercado de cambios y generar un salto devaluatorio tal que les permita obtener una renta extraordinaria que compense el deterioro de los ingresos debido a la caída de precios”.
Los autores de la investigación, los economistas Nicolás Hernán Zeolla y Ernesto Mattos, plantean la necesidad de la intervención del Estado para beneficiar a pequeños productores que no tienen espalda financiera para acopiar, y a la vez para ordenar el frente cambiario. “La respuesta podría venir del lado de la política pública pensando la posibilidad de implementar nuevos mecanismos estatales (o recrear algunos existentes) de intervención directa en el comercio exterior de granos, como tienen casi todos los países del mundo”, señalan.
Un reciente informe del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz estima que, de acuerdo a datos oficiales en base a los embarques, procesamiento de la industria y habilitación de registros de exportación (ROE), todavía restaría por comercializar entre 42 y 52 por ciento de la cosecha de soja 2013/14. Calcula que el acopio de la producción por parte de los productores representa entre 7000 y 11 mil millones de dólares. El documento evalúa que “en un contexto de baja en los precios internacionales del cultivo, este comportamiento especulativo de retener la cosecha sólo podría explicarse como parte de una estrategia que busca contraer la oferta de dólares, presionar el mercado de cambios y generar un salto devaluatorio tal que les permita obtener una renta extraordinaria que compense el deterioro de los ingresos debido a la caída de precios”.
Los autores de la investigación, los economistas Nicolás Hernán Zeolla y Ernesto Mattos, plantean la necesidad de la intervención del Estado para beneficiar a pequeños productores que no tienen espalda financiera para acopiar, y a la vez para ordenar el frente cambiario. “La respuesta podría venir del lado de la política pública pensando la posibilidad de implementar nuevos mecanismos estatales (o recrear algunos existentes) de intervención directa en el comercio exterior de granos, como tienen casi todos los países del mundo”, señalan.
Nota completa:
En el Cash/Página12: Propuesta para intervenir en la comercialización de granos.
Etiquetas:
comercialización,
extraordinaria,
granos,
nacionalización,
renta,
Soja
Por Sebastian Premici.
“Según puede estimarse por datos oficiales de exportaciones en base a los embarques, procesamiento de la industria aceitera y habilitación de las ROES de exportación, todavía restaría por comercializar entre un 42 y un 52 por ciento de soja, lo que representa entre 7000 y 11.000 millones de dólares de la cosecha 2013/14.” Esta es la conclusión a la que arribó un informe elaborado por el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), publicado en el transcurso de la semana pasada. Una vez descontadas las retenciones del 35 por ciento, los productores dejaron de percibir entre 4500 y 7150 millones de dólares.
“Las razones de la reticencia a la venta sólo podrían explicarse por la estrategia de hacer caer la oferta de dólares, generar un salto devaluatorio y obtener una renta extraordinaria que compense la caída de precios”, continuó el análisis del informe escrito por los economistas Ernesto Mattos y Nicolás Zeolla. La pronunciada (y prevista) baja en el precio de la soja terminó por jugarles una mala pasada a quienes optaron por especular.
El precio de la soja cerró el jueves en 355,14 dólares la tonelada en el mercado de Chicago. Es decir, una reducción del 42 por ciento en relación con el pico obtenido en 2013, cuando alcanzó los 620 dólares por tonelada. El precio promedio de la tonelada de soja en el Mercado de Chicago era de 476,7 dólares en enero de 2014, alcanzó su pico en el año con 560 dólares el 29 de abril y desde entonces comenzó su desplome, impulsado por los record de cosecha de Estados Unidos y Brasil.
Los altos niveles de retención de soja por parte de los grandes exportadores buscaron generar presiones sobre el tipo de cambio, al igual que lo ocurrido hacia fines del año pasado. Aquella situación fue la antesala de la devaluación de enero.
“Las razones de la reticencia a la venta sólo podrían explicarse por la estrategia de hacer caer la oferta de dólares, generar un salto devaluatorio y obtener una renta extraordinaria que compense la caída de precios”, continuó el análisis del informe escrito por los economistas Ernesto Mattos y Nicolás Zeolla. La pronunciada (y prevista) baja en el precio de la soja terminó por jugarles una mala pasada a quienes optaron por especular.
El precio de la soja cerró el jueves en 355,14 dólares la tonelada en el mercado de Chicago. Es decir, una reducción del 42 por ciento en relación con el pico obtenido en 2013, cuando alcanzó los 620 dólares por tonelada. El precio promedio de la tonelada de soja en el Mercado de Chicago era de 476,7 dólares en enero de 2014, alcanzó su pico en el año con 560 dólares el 29 de abril y desde entonces comenzó su desplome, impulsado por los record de cosecha de Estados Unidos y Brasil.
Los altos niveles de retención de soja por parte de los grandes exportadores buscaron generar presiones sobre el tipo de cambio, al igual que lo ocurrido hacia fines del año pasado. Aquella situación fue la antesala de la devaluación de enero.
Nota completa: Propuesta para intervenir en la comercialización de granos.
En el programa: Economía Política (C5N)
El economista de la Jauretche Andrés Asiain participo del programa "Economía Política" que conduce Roberto Navarro por C5N.
Mito económico (Página/12-Cash): precios de los commodities y calidad institucional.
Índice de Populismo.
Por Andres Asiain.
En una reciente nota publicada en el diario Ambito Financiero, el profesor de la Ucema y de la Universidad de Nueva York, Emilio Ocampo, indica que los picos y posteriores descensos de los precios mundiales de las materias primas coincidieron con el auge y debacle de nuestros gobiernos “populistas”. A partir de una serie de indicadores conforma un “índice de populismo” que arroja sus máximos valores en los tres mandatos de Juan Perón y los dos de Cristina Kirchner. Justamente en esos períodos se presentan máximos históricos en los precios de las commodities, “una excelente oportunidad para que el país no sólo frenara sino que también revirtiera su decadencia. Pero en vez de aprovechar la oportunidad, el populismo la desperdició”, provocando además un marcado deterioro del “índice de calidad institucional” por la “perversión de los valores”, “el clientelismo”, “un discurso maniqueo propalado a través de un aparato de propaganda generosamente financiado con fondos públicos” que “fomenta el resentimiento y destruye la cohesión social”.
La memoria histórica del miembro de la Fundación Libertad y Progreso parece haber olvidado otros picos históricos en los precios de las materias primas, coincidentes con gobiernos conservadores en lo social y liberales en lo económico. Son ejemplo de ellos el mandato de Juárez Celman a finales del siglo XIX y el de Videla a finales del siglo pasado. En ambos casos, el ciclo ascendente de los commodities no fue aprovechado para fomentar el empleo y redistribuir ingresos como en tiempos de populismo, sino que fue utilizado para fomentar el ingreso de capitales especulativos, generando un breve auge económico entre las clases altas y medias. La bajante del ciclo dio lugar a una masiva fuga de capitales que terminó en profundas crisis económicas que incluyeron la quiebra del sistema financiero, un masivo empobrecimiento de la población y un abultado endeudamiento externo dejado como herencia a pagar por los futuros gobiernos.
En materia de calidad institucional, el índice de Ocampo parece indicar que gobiernos democráticos como los de Juan Perón o Cristina Kirchner se encuentran por debajo de gobiernos ungidos de fraudes electorales o golpes militares, que cerraron el Congreso, prohibieron la actividad política y sindical, y hasta conformaron campos de concentración para el asesinato masivo de la población. Semejante concepción de “calidad institucional” es construida a partir de la combinación de otros dos índices: de “libertad de expresión” de una organización no gubernamental, Freedom House, con sede en Washington, y de “libertad económica” del centro de ideas neoliberales canadiense, Fraser Institute.
La memoria histórica del miembro de la Fundación Libertad y Progreso parece haber olvidado otros picos históricos en los precios de las materias primas, coincidentes con gobiernos conservadores en lo social y liberales en lo económico. Son ejemplo de ellos el mandato de Juárez Celman a finales del siglo XIX y el de Videla a finales del siglo pasado. En ambos casos, el ciclo ascendente de los commodities no fue aprovechado para fomentar el empleo y redistribuir ingresos como en tiempos de populismo, sino que fue utilizado para fomentar el ingreso de capitales especulativos, generando un breve auge económico entre las clases altas y medias. La bajante del ciclo dio lugar a una masiva fuga de capitales que terminó en profundas crisis económicas que incluyeron la quiebra del sistema financiero, un masivo empobrecimiento de la población y un abultado endeudamiento externo dejado como herencia a pagar por los futuros gobiernos.
En materia de calidad institucional, el índice de Ocampo parece indicar que gobiernos democráticos como los de Juan Perón o Cristina Kirchner se encuentran por debajo de gobiernos ungidos de fraudes electorales o golpes militares, que cerraron el Congreso, prohibieron la actividad política y sindical, y hasta conformaron campos de concentración para el asesinato masivo de la población. Semejante concepción de “calidad institucional” es construida a partir de la combinación de otros dos índices: de “libertad de expresión” de una organización no gubernamental, Freedom House, con sede en Washington, y de “libertad económica” del centro de ideas neoliberales canadiense, Fraser Institute.
Mito completo: Índice de populismo.
miércoles, 22 de octubre de 2014
domingo, 12 de octubre de 2014
En Tiempo Argentino: Una mayor coordinación para evitar presiones devaluatorias.
Etiquetas:
bancos,
BCRA,
devaluatoria,
exportadoras,
salario
Durante enero de 2014, el conjunto de presiones en el mercado de cambios generó un salto devaluatorio que terminó siendo convalidado por el BCRA.
Nicolás Hernán Zeolla
Nicolás Hernán Zeolla
Durante enero de 2014, el conjunto de presiones en el mercado de cambios generó un salto devaluatorio que terminó siendo convalidado por el BCRA. Este evento combinó un conjunto de maniobras que implicaron un fuerte apalancamiento en divisas por adelantamiento de importaciones (empresas y bancos), una aceleración de las presiones sobre el mercado de dólar futuro, una exacerbación de la brecha cambiaria inflando artificialmente el "dólar ilegal" (montada sobre el bombardeo de expectativas devaluatorias) y una operación de compra-venta fijada en un precio mucho mayor al vigente dando forma a la corrida cambiaria buscada. Como resultado, los bancos y las empresas exportadoras amasaron grandes ganancias en muy corto tiempo, mientras que el poder adquisitivo del salario bajó varios escalones afectado por la aceleración inflacionaria.
Recién algunas semanas después el BCRA se decidió a implementar ciertas medidas regulatorias como disminución de los topes a las tenencias de divisas en carteras y la reducción de plazos para la liquidación de exportaciones e importaciones no realizadas, etcétera. La lentitud en la utilización de herramientas de intervención que disponía de antemano implicó costos severos en términos distributivos y de actividad económica, que todavía persisten. Agregado a ello, días atrás aún se sostenía una política de transferencias de ingresos a los bancos, por el juego de tasas que permitía a los bancos tomar fondos de los plazos fijos de los ahorristas al 18%-20% y prestárselos a la autoridad monetaria al 23%-25 por ciento.
Recién algunas semanas después el BCRA se decidió a implementar ciertas medidas regulatorias como disminución de los topes a las tenencias de divisas en carteras y la reducción de plazos para la liquidación de exportaciones e importaciones no realizadas, etcétera. La lentitud en la utilización de herramientas de intervención que disponía de antemano implicó costos severos en términos distributivos y de actividad económica, que todavía persisten. Agregado a ello, días atrás aún se sostenía una política de transferencias de ingresos a los bancos, por el juego de tasas que permitía a los bancos tomar fondos de los plazos fijos de los ahorristas al 18%-20% y prestárselos a la autoridad monetaria al 23%-25 por ciento.
Nota de opinión: Una mayor coordinación para evitar presiones devaluatorias.
En Infobae: Pese a baja de precios, los productores aún acopian 50% de la soja.
Informe escrito por Nicolás Hernán Zeolla, economista FCE-UBA, investigador CCC-Economía Política y Ernesto Mattos, economista FCE-UBA, investigador del CIGES
Tras el discurso de la Presidenta de esta semana, apareció nuevamente la preocupación respecto del acopio de parte de la cosecha de soja realizada por los grandes productores. Esta nueva escalada especulativa en particular se genera en un contexto de fuerte baja en los precios internacionales del cultivo. Por ello, las razones de la reticencia a la venta solo podrían explicarse por la estrategia de hacer caer la oferta de dólares, generar un salto devaluatorio y obtener una renta extraordinaria que compensen la caída de precios.
Según puede estimarse por datos oficiales de exportaciones en base a los embarques, procesamiento de la industria aceitera y habilitación de las ROES de exportación, todavía restaría por comercializar entre un 42% y un 52%, lo que representa entre u$s 7.000 y u$s 11.000 millones, de la cosecha 2013/14.
Las consecuencias del acopio no solamente afectan al mercado cambiario, sino también el resultado fiscal. Porque al evitar comercializar la cosecha y con ello liquidar las divisas de magnitud entre u$s 7.000 a u$s 11.000 millones se habrían podido cancelar las obligaciones (capital más intereses) de 2014 y 2015 que serán de u$s 7.091 y u$s 12.430 millones[1], respectivamente. Lo que evidencia que la voluntad individual de un sector económico está poniendo en peligro a la voluntad general.
El último informe (oct14) de estimaciones agrícolas del Ministerio de Agricultura muestra que la producción de soja para la campaña 2013/14 ha sido record. Con un crecimiento del 9,5% con respecto a la campaña anterior. En términos de toneladas es una campaña muy superior a las últimas dos, alcanzando los 53 millones, cuando en la campaña 2011/12 fue de 40 millones. La industrialización creció de 33 a 43 millones de toneladas. La exportación pasó de 6 a 10 millones de toneladas.
En relación a ello según datos del Fondo Federal Solidario (fondo donde se coparticipan las retenciones a la soja) para septiembre de 2014 la recaudación fue un 1,4% menor que el mismo periodo de 2013. Lo que significó que el acumulado para los primeros 9 meses de 2014 fue de u$s1524 millones mientras que para el mismo periodo de 2013 fue de u$s 1.546 millones (Gráfico 1).
No obstante durante el 2013 el promedio del tipo de cambio fue de 5,43 pesos por dólar mientras que para los primeros 9 meses de 2014, promedio, el tipo de cambio alcanzó 7,99 pesos por dólar. Con una moneda 45% depreciada en comparación al año anterior, la decisión fue acopiar en momentos de caída de precios internacionales. En este sentido, la pérdida por no vender en el momento adecuado rondaría los u$s 2.000 millones y no solo afectaría a los productores sino también al Estado (principalmente las provincias) en concepto de derechos de exportación.
Tras el discurso de la Presidenta de esta semana, apareció nuevamente la preocupación respecto del acopio de parte de la cosecha de soja realizada por los grandes productores. Esta nueva escalada especulativa en particular se genera en un contexto de fuerte baja en los precios internacionales del cultivo. Por ello, las razones de la reticencia a la venta solo podrían explicarse por la estrategia de hacer caer la oferta de dólares, generar un salto devaluatorio y obtener una renta extraordinaria que compensen la caída de precios.
Según puede estimarse por datos oficiales de exportaciones en base a los embarques, procesamiento de la industria aceitera y habilitación de las ROES de exportación, todavía restaría por comercializar entre un 42% y un 52%, lo que representa entre u$s 7.000 y u$s 11.000 millones, de la cosecha 2013/14.
Las consecuencias del acopio no solamente afectan al mercado cambiario, sino también el resultado fiscal. Porque al evitar comercializar la cosecha y con ello liquidar las divisas de magnitud entre u$s 7.000 a u$s 11.000 millones se habrían podido cancelar las obligaciones (capital más intereses) de 2014 y 2015 que serán de u$s 7.091 y u$s 12.430 millones[1], respectivamente. Lo que evidencia que la voluntad individual de un sector económico está poniendo en peligro a la voluntad general.
El último informe (oct14) de estimaciones agrícolas del Ministerio de Agricultura muestra que la producción de soja para la campaña 2013/14 ha sido record. Con un crecimiento del 9,5% con respecto a la campaña anterior. En términos de toneladas es una campaña muy superior a las últimas dos, alcanzando los 53 millones, cuando en la campaña 2011/12 fue de 40 millones. La industrialización creció de 33 a 43 millones de toneladas. La exportación pasó de 6 a 10 millones de toneladas.
En relación a ello según datos del Fondo Federal Solidario (fondo donde se coparticipan las retenciones a la soja) para septiembre de 2014 la recaudación fue un 1,4% menor que el mismo periodo de 2013. Lo que significó que el acumulado para los primeros 9 meses de 2014 fue de u$s1524 millones mientras que para el mismo periodo de 2013 fue de u$s 1.546 millones (Gráfico 1).
No obstante durante el 2013 el promedio del tipo de cambio fue de 5,43 pesos por dólar mientras que para los primeros 9 meses de 2014, promedio, el tipo de cambio alcanzó 7,99 pesos por dólar. Con una moneda 45% depreciada en comparación al año anterior, la decisión fue acopiar en momentos de caída de precios internacionales. En este sentido, la pérdida por no vender en el momento adecuado rondaría los u$s 2.000 millones y no solo afectaría a los productores sino también al Estado (principalmente las provincias) en concepto de derechos de exportación.
En InfoJus Noticias: La absolución de Cavallo muestra la impunidad que tienen estos delitos.
La Fiscalía había pedido tres años para el ex ministro
En diálogo con Infojus Noticias, el economista Andrés Asiain opinó sobre la absolución del ex ministro de Economía Domingo Cavallo en la causa del Megacanje y abrió la discusión sobre la necesidad de judicializar la mala praxis en políticas económicas.
En diálogo con Infojus Noticias, el economista Andrés Asiain opinó sobre la absolución del ex ministro de Economía Domingo Cavallo en la causa del Megacanje y abrió la discusión sobre la necesidad de judicializar la mala praxis en políticas económicas.
Siete de cada diez bonos del Megacanje, la operación financiera del gobierno de la Alianza en 2001, están en manos de los fondos buitre. Por esta operatoria, hace tres meses el ex ministro de Economía Domingo Cavallo fue a juicio oral. Hoy el TOF 4 de Comodoro Py lo absolvió. En diálogo con Infojus Noticias, el economista Andrés Asiain abrió la discusión sobre la necesidad de judicializar la mala praxis en políticas económicas.
Semanas atrás, Asiain debatió con Cavallo en un programa de televisión sobre el megacanje. "Esa operación rozó el delito y fue la retirada de los grandes bancos”, le dijo el investigador. Asiain forma parte del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (C.E.S.O.) y fue investigador del CONICET,
El juicio que terminó hoy giró en torno a las tasas de las comisiones, que fueron extraordinarias – porque la maniobra se hizo con muchísimo capital- y al endeudamiento que sufrió el país. También, el supuesto beneficio al banquero estadounidense David Mulford, que actuaba en nombre del Credit Suisse. La fiscal Fabiana León había pedido tres años de prisión porel canje de bonos, a raíz de las comisiones cobradas por siete bancos extranjeros que intervinieron en la operación.
- ¿Qué significa la absolución en una causa de delitos económicos?
- Representa la impunidad que tienen en materia judicial cierto tipo de delitos, que en términos de legalidad pueden estar correctos. El Megacanje, en materia económica y social significó un costo enorme para la Argentina y no tiene sanción. Lo más grave fue la validación de tasas enormes y que fueron hechas con una intención oportunista. Me parece que esto abre la discusión sobre la mala praxis económica, sobre operaciones que se implementan sin violar la ley, pero que implican un costo para la sociedad argentina.
Semanas atrás, Asiain debatió con Cavallo en un programa de televisión sobre el megacanje. "Esa operación rozó el delito y fue la retirada de los grandes bancos”, le dijo el investigador. Asiain forma parte del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (C.E.S.O.) y fue investigador del CONICET,
El juicio que terminó hoy giró en torno a las tasas de las comisiones, que fueron extraordinarias – porque la maniobra se hizo con muchísimo capital- y al endeudamiento que sufrió el país. También, el supuesto beneficio al banquero estadounidense David Mulford, que actuaba en nombre del Credit Suisse. La fiscal Fabiana León había pedido tres años de prisión porel canje de bonos, a raíz de las comisiones cobradas por siete bancos extranjeros que intervinieron en la operación.
- ¿Qué significa la absolución en una causa de delitos económicos?
- Representa la impunidad que tienen en materia judicial cierto tipo de delitos, que en términos de legalidad pueden estar correctos. El Megacanje, en materia económica y social significó un costo enorme para la Argentina y no tiene sanción. Lo más grave fue la validación de tasas enormes y que fueron hechas con una intención oportunista. Me parece que esto abre la discusión sobre la mala praxis económica, sobre operaciones que se implementan sin violar la ley, pero que implican un costo para la sociedad argentina.
Mito económico (Página12-Cash): Corrida cambiaria y precio de la soja.
“Un acto de responsabilidad”
Por Andrés Asiain y Lorena Putero
A comienzos del presente año, una vez producida la devaluación del peso en el mercado de cambios oficial y en un contexto de zozobra sobre el futuro de la economía, el presidente de la Sociedad Rural, Miguel Etchevehere, planteó que “guardar la cosecha y no venderla toda junta es un acto de responsabilidad”. Si bien la corrida finalmente cedió, las razones pasaron más por la reglamentación a la baja de las tenencias de dólares de los bancos, una mejor administración del dólar turista y de compras con tarjeta, y una menor autorización de importaciones de bienes y servicios, que por la liquidación de la cosecha stockeada de soja –con la excepción de los 2000 millones de dólares liquidados por las grandes cerealeras tras un acuerdo con el Gobierno en el mes de febrero–.
La “responsabilidad de guardar y no vender” la cosecha continuó en la nueva campaña pese a que la suba interanual del dólar oficial es del 50 por ciento, bastante por encima de las estimaciones de inflación (aun las más exageradas). Pese a esa mayor competitividad y sin el habitual argumento del “retraso cambiario”, la liquidación de una cosecha record de 2013/14 evolucionó apenas por arriba que la del año anterior, hasta reducirse incluso en los últimos meses. El retraso en la liquidación de la cosecha iría de un cuarto a un tercio, según puede desprenderse del estudio de la información del Minigri y el Oncaa, es decir, entre 11 y 18 millones de toneladas de porotos.
La retención de la cosecha se produjo pese a que se esperaba que los precios internacionales se redujeran, tanto por el posible impacto de una suba de tasas de los bonos del tesoro de los Estados Unidos (que compiten con el precio de las materias primas, en gran parte determinado por motivos de especulación financiera), como por la previsión de una buena cosecha en el país del Norte. Esa tendencia que se manifestaba en la existencia de precios de venta a futuro por debajo de los que regían finalmente se produjo: la tonelada de soja, que a mediados de año se exportó a 530 dólares, esta semana se comercializó a 405. Un retroceso de 125 dólares que multiplicado por las cifras de la cosecha retenida significó pérdidas para el país del orden de 1375 a 2250 millones de dólares.
Por Andrés Asiain y Lorena Putero
A comienzos del presente año, una vez producida la devaluación del peso en el mercado de cambios oficial y en un contexto de zozobra sobre el futuro de la economía, el presidente de la Sociedad Rural, Miguel Etchevehere, planteó que “guardar la cosecha y no venderla toda junta es un acto de responsabilidad”. Si bien la corrida finalmente cedió, las razones pasaron más por la reglamentación a la baja de las tenencias de dólares de los bancos, una mejor administración del dólar turista y de compras con tarjeta, y una menor autorización de importaciones de bienes y servicios, que por la liquidación de la cosecha stockeada de soja –con la excepción de los 2000 millones de dólares liquidados por las grandes cerealeras tras un acuerdo con el Gobierno en el mes de febrero–.
La “responsabilidad de guardar y no vender” la cosecha continuó en la nueva campaña pese a que la suba interanual del dólar oficial es del 50 por ciento, bastante por encima de las estimaciones de inflación (aun las más exageradas). Pese a esa mayor competitividad y sin el habitual argumento del “retraso cambiario”, la liquidación de una cosecha record de 2013/14 evolucionó apenas por arriba que la del año anterior, hasta reducirse incluso en los últimos meses. El retraso en la liquidación de la cosecha iría de un cuarto a un tercio, según puede desprenderse del estudio de la información del Minigri y el Oncaa, es decir, entre 11 y 18 millones de toneladas de porotos.
La retención de la cosecha se produjo pese a que se esperaba que los precios internacionales se redujeran, tanto por el posible impacto de una suba de tasas de los bonos del tesoro de los Estados Unidos (que compiten con el precio de las materias primas, en gran parte determinado por motivos de especulación financiera), como por la previsión de una buena cosecha en el país del Norte. Esa tendencia que se manifestaba en la existencia de precios de venta a futuro por debajo de los que regían finalmente se produjo: la tonelada de soja, que a mediados de año se exportó a 530 dólares, esta semana se comercializó a 405. Un retroceso de 125 dólares que multiplicado por las cifras de la cosecha retenida significó pérdidas para el país del orden de 1375 a 2250 millones de dólares.
Mito completo: Corrida cambiaria y precio de la soja.
En Política Argentina: La Deuda Externa y el próximo gobierno: ¿una pesada herencia?
Por Nicolás Hernán Zeolla.
Respecto al conflicto que nuestro país esta atravesando con los fondos buitres en el juzgado del sagaz Juez Griesa, en estos días hubo buenas y malas novedades junto con mucha opinión desde todos los ángulos. Entre lo positivo fue que se habilitó al Citybank a pagar (por segunda “única vez”) los vencimientos de los bonos con legislación local. Entre lo negativo fue que se declaro a nuestro país en “desacato” sin saberse aún si habrá o no una sanción económica. Lo insólito de este nuevo fallo es, nuevamente, una cuestión de muy poca rigurosidad técnica ya que se utiliza una figura reservada para el derecho privado para juzgar sobre cuestiones de un Estado soberano.
Sin embargo, en nuestro país el “desacato” dio lugar al sin fin de opiniones sobre el conflicto buitre en donde la idea corriente que se trato de instalar no tiene mucho que ver con el estado actual de las cosas. En la opinión de un economista y replicada en coro por muchos comunicadores se valoró como la “pesada herencia de la deuda” a la situación que va a recibir el próxima gobierno que suceda a Cristina Kirchner, producto de no haber “solucionado” (o mejor dicho pagado) el reclamo de los buitres en NY (canal TN, 24-9-14). En realidad esta posición parece que ser más producto de su nuevo posicionamiento político cercana al massismo y una presunta vinculación con algunos inversores “buitres” que con la actualidad de los vencimientos de la deuda externa argentina que deba afrontar el próximo gobierno.
Por ello, más allá de la complejidad legal, política y de intereses financieros que gira alrededor del tema deuda y buitres y la incertidumbre que puede derivar una aceleración de pagos de algunos títulos donde se impida pagar los vencimientos teniendo capacidad financiera de hacerlo, y sabiendo que el vencimiento de la RUFO en enero-15 habilita nuevos términos de negociación, la situación parece algo distinta.
En este sentido, al analizar el perfil de vencimientos de la deuda externa a partir del año 2016, nada indica que el próximo gobierno tenga que afrontar ninguna “pesada carga” en el tema deuda sino todo lo contrario. En el grafico que sigue se presentan los vencimientos en dólares de intereses (celeste), de capital (azul) y de ambos sumados (línea y números) para los próximos veinte años.
Un elemento relevante es que cuando uno analiza la deuda pública lo relevante a considerar son los pagos que deben que hacerse en moneda extranjera (dólares) ya que los pagos en pesos pueden hacerse emitiendo. Por ello, la llamada “restricción externa” implica que nuestro país si necesita dólares solo puede conseguirlos exportando, recibiendo nuevas inversiones que traigan divisas, utilizando reservas u obteniendo nuevo financiamiento para poder comprar los dólares con los que pagar.
En sentido, se destacan dos vencimientos importantes: uno en 2015 (pago del BODEN 2015) y otro en 2017 (pago del BONAR X), para todos los años venideros el perfil de vencimientos bajo todo concepto disminuye mucho y se ubica en torno a los u$s 4.000 millones.
Nota de opinión completa: La Deuda Externa y el próximo gobierno: ¿una pesada herencia?
Respecto al conflicto que nuestro país esta atravesando con los fondos buitres en el juzgado del sagaz Juez Griesa, en estos días hubo buenas y malas novedades junto con mucha opinión desde todos los ángulos. Entre lo positivo fue que se habilitó al Citybank a pagar (por segunda “única vez”) los vencimientos de los bonos con legislación local. Entre lo negativo fue que se declaro a nuestro país en “desacato” sin saberse aún si habrá o no una sanción económica. Lo insólito de este nuevo fallo es, nuevamente, una cuestión de muy poca rigurosidad técnica ya que se utiliza una figura reservada para el derecho privado para juzgar sobre cuestiones de un Estado soberano.
Sin embargo, en nuestro país el “desacato” dio lugar al sin fin de opiniones sobre el conflicto buitre en donde la idea corriente que se trato de instalar no tiene mucho que ver con el estado actual de las cosas. En la opinión de un economista y replicada en coro por muchos comunicadores se valoró como la “pesada herencia de la deuda” a la situación que va a recibir el próxima gobierno que suceda a Cristina Kirchner, producto de no haber “solucionado” (o mejor dicho pagado) el reclamo de los buitres en NY (canal TN, 24-9-14). En realidad esta posición parece que ser más producto de su nuevo posicionamiento político cercana al massismo y una presunta vinculación con algunos inversores “buitres” que con la actualidad de los vencimientos de la deuda externa argentina que deba afrontar el próximo gobierno.
Por ello, más allá de la complejidad legal, política y de intereses financieros que gira alrededor del tema deuda y buitres y la incertidumbre que puede derivar una aceleración de pagos de algunos títulos donde se impida pagar los vencimientos teniendo capacidad financiera de hacerlo, y sabiendo que el vencimiento de la RUFO en enero-15 habilita nuevos términos de negociación, la situación parece algo distinta.
En este sentido, al analizar el perfil de vencimientos de la deuda externa a partir del año 2016, nada indica que el próximo gobierno tenga que afrontar ninguna “pesada carga” en el tema deuda sino todo lo contrario. En el grafico que sigue se presentan los vencimientos en dólares de intereses (celeste), de capital (azul) y de ambos sumados (línea y números) para los próximos veinte años.
Un elemento relevante es que cuando uno analiza la deuda pública lo relevante a considerar son los pagos que deben que hacerse en moneda extranjera (dólares) ya que los pagos en pesos pueden hacerse emitiendo. Por ello, la llamada “restricción externa” implica que nuestro país si necesita dólares solo puede conseguirlos exportando, recibiendo nuevas inversiones que traigan divisas, utilizando reservas u obteniendo nuevo financiamiento para poder comprar los dólares con los que pagar.
En sentido, se destacan dos vencimientos importantes: uno en 2015 (pago del BODEN 2015) y otro en 2017 (pago del BONAR X), para todos los años venideros el perfil de vencimientos bajo todo concepto disminuye mucho y se ubica en torno a los u$s 4.000 millones.
Nota de opinión completa: La Deuda Externa y el próximo gobierno: ¿una pesada herencia?
miércoles, 1 de octubre de 2014
En La Corriente Peronista Descamisados de Sarandí:
El miércoles 24 de septiembre, en Sarandí, partido de Avellaneda, el economista y sociólogo de la Jauretche Rodrigo López brindó una clase de economía nacional en el marco de la Escuela Superior de Gobierno, dependiente de Jefatura de Gabinete.
La clase estuvo centrada en la política económica durante el segundo gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y en los desafíos actuales. La actividad fue organizada por la Corriente Peronista Descamisados de Sarandí, concurriendo militantes de distintas organizaciones y vecinos de la zona.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)