Por Federico Schmalen
Los vencimientos de deuda hasta fin de año suman algo menos que 1500 millones de dólares, que equivalen a las liquidaciones extraordinarias que se lograron con el compromiso de las cerealeras. Las presiones cambiarias se han reducido.
Con el acuerdo sellado con las cerealeras el pasado miércoles el gobierno habría logrado dar un paso clave en su estrategia para poner un coto a los embates sobre el mercado cambiario y controlar la situación financiera, al menos, hasta la fecha clave de fin de año.
Es que, la impasse creada por la actitud de la Corte Suprema de los Estados Unidos frente al fallo Griesa que obligó un paréntesis en el camino que había adoptado el gobierno a partir de los acuerdos con el CIADI, el Club de París y Repsol, está cada vez más cerca de una instancia de resolución.
Faltan sólo 45 días hábiles para que la mentada cláusula RUFO expire y esto permita al gobierno desvincular la negociación directa que pueda desenvolver con los buitres vinculados al fallo del juez de Nueva York con el conjunto de la deuda reestructurada entre 2005 y 2010.
Según Andrés Asiain, director del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz, "El bono dollar linked impulsa las liquidaciones porque los pesos que obtienen tiene posibilidad de ser reinvertidos en una opción que cubre los riesgos de una futura devaluación. Así no pierden rentabilidad. El objetivo es el de evitar la profecía autocumplida, de generar expectativas que lleven a la compra de dólares y que fuercen una devaluación", explicó.
Las obligaciones de deuda según los distintos vencimientos de acá a fin de año equivalen a poco menos de 1500 millones de dólares, una cifra similar a la liquidación extraordinaria que se obtendrá a partir del acuerdo.
Los vencimientos de deuda hasta fin de año suman algo menos que 1500 millones de dólares, que equivalen a las liquidaciones extraordinarias que se lograron con el compromiso de las cerealeras. Las presiones cambiarias se han reducido.
Con el acuerdo sellado con las cerealeras el pasado miércoles el gobierno habría logrado dar un paso clave en su estrategia para poner un coto a los embates sobre el mercado cambiario y controlar la situación financiera, al menos, hasta la fecha clave de fin de año.
Es que, la impasse creada por la actitud de la Corte Suprema de los Estados Unidos frente al fallo Griesa que obligó un paréntesis en el camino que había adoptado el gobierno a partir de los acuerdos con el CIADI, el Club de París y Repsol, está cada vez más cerca de una instancia de resolución.
Faltan sólo 45 días hábiles para que la mentada cláusula RUFO expire y esto permita al gobierno desvincular la negociación directa que pueda desenvolver con los buitres vinculados al fallo del juez de Nueva York con el conjunto de la deuda reestructurada entre 2005 y 2010.
Según Andrés Asiain, director del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz, "El bono dollar linked impulsa las liquidaciones porque los pesos que obtienen tiene posibilidad de ser reinvertidos en una opción que cubre los riesgos de una futura devaluación. Así no pierden rentabilidad. El objetivo es el de evitar la profecía autocumplida, de generar expectativas que lleven a la compra de dólares y que fuercen una devaluación", explicó.
Las obligaciones de deuda según los distintos vencimientos de acá a fin de año equivalen a poco menos de 1500 millones de dólares, una cifra similar a la liquidación extraordinaria que se obtendrá a partir del acuerdo.
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