Por Nicolás Hernán Zeolla.
Respecto al conflicto que nuestro país esta atravesando con los fondos buitres en el juzgado del sagaz Juez Griesa, en estos días hubo buenas y malas novedades junto con mucha opinión desde todos los ángulos. Entre lo positivo fue que se habilitó al Citybank a pagar (por segunda “única vez”) los vencimientos de los bonos con legislación local. Entre lo negativo fue que se declaro a nuestro país en “desacato” sin saberse aún si habrá o no una sanción económica. Lo insólito de este nuevo fallo es, nuevamente, una cuestión de muy poca rigurosidad técnica ya que se utiliza una figura reservada para el derecho privado para juzgar sobre cuestiones de un Estado soberano.
Sin embargo, en nuestro país el “desacato” dio lugar al sin fin de opiniones sobre el conflicto buitre en donde la idea corriente que se trato de instalar no tiene mucho que ver con el estado actual de las cosas. En la opinión de un economista y replicada en coro por muchos comunicadores se valoró como la “pesada herencia de la deuda” a la situación que va a recibir el próxima gobierno que suceda a Cristina Kirchner, producto de no haber “solucionado” (o mejor dicho pagado) el reclamo de los buitres en NY (canal TN, 24-9-14). En realidad esta posición parece que ser más producto de su nuevo posicionamiento político cercana al massismo y una presunta vinculación con algunos inversores “buitres” que con la actualidad de los vencimientos de la deuda externa argentina que deba afrontar el próximo gobierno.
Por ello, más allá de la complejidad legal, política y de intereses financieros que gira alrededor del tema deuda y buitres y la incertidumbre que puede derivar una aceleración de pagos de algunos títulos donde se impida pagar los vencimientos teniendo capacidad financiera de hacerlo, y sabiendo que el vencimiento de la RUFO en enero-15 habilita nuevos términos de negociación, la situación parece algo distinta.
En este sentido, al analizar el perfil de vencimientos de la deuda externa a partir del año 2016, nada indica que el próximo gobierno tenga que afrontar ninguna “pesada carga” en el tema deuda sino todo lo contrario. En el grafico que sigue se presentan los vencimientos en dólares de intereses (celeste), de capital (azul) y de ambos sumados (línea y números) para los próximos veinte años.
Un elemento relevante es que cuando uno analiza la deuda pública lo relevante a considerar son los pagos que deben que hacerse en moneda extranjera (dólares) ya que los pagos en pesos pueden hacerse emitiendo. Por ello, la llamada “restricción externa” implica que nuestro país si necesita dólares solo puede conseguirlos exportando, recibiendo nuevas inversiones que traigan divisas, utilizando reservas u obteniendo nuevo financiamiento para poder comprar los dólares con los que pagar.
En sentido, se destacan dos vencimientos importantes: uno en 2015 (pago del BODEN 2015) y otro en 2017 (pago del BONAR X), para todos los años venideros el perfil de vencimientos bajo todo concepto disminuye mucho y se ubica en torno a los u$s 4.000 millones.
Nota de opinión completa: La Deuda Externa y el próximo gobierno: ¿una pesada herencia?
Respecto al conflicto que nuestro país esta atravesando con los fondos buitres en el juzgado del sagaz Juez Griesa, en estos días hubo buenas y malas novedades junto con mucha opinión desde todos los ángulos. Entre lo positivo fue que se habilitó al Citybank a pagar (por segunda “única vez”) los vencimientos de los bonos con legislación local. Entre lo negativo fue que se declaro a nuestro país en “desacato” sin saberse aún si habrá o no una sanción económica. Lo insólito de este nuevo fallo es, nuevamente, una cuestión de muy poca rigurosidad técnica ya que se utiliza una figura reservada para el derecho privado para juzgar sobre cuestiones de un Estado soberano.
Sin embargo, en nuestro país el “desacato” dio lugar al sin fin de opiniones sobre el conflicto buitre en donde la idea corriente que se trato de instalar no tiene mucho que ver con el estado actual de las cosas. En la opinión de un economista y replicada en coro por muchos comunicadores se valoró como la “pesada herencia de la deuda” a la situación que va a recibir el próxima gobierno que suceda a Cristina Kirchner, producto de no haber “solucionado” (o mejor dicho pagado) el reclamo de los buitres en NY (canal TN, 24-9-14). En realidad esta posición parece que ser más producto de su nuevo posicionamiento político cercana al massismo y una presunta vinculación con algunos inversores “buitres” que con la actualidad de los vencimientos de la deuda externa argentina que deba afrontar el próximo gobierno.
Por ello, más allá de la complejidad legal, política y de intereses financieros que gira alrededor del tema deuda y buitres y la incertidumbre que puede derivar una aceleración de pagos de algunos títulos donde se impida pagar los vencimientos teniendo capacidad financiera de hacerlo, y sabiendo que el vencimiento de la RUFO en enero-15 habilita nuevos términos de negociación, la situación parece algo distinta.
En este sentido, al analizar el perfil de vencimientos de la deuda externa a partir del año 2016, nada indica que el próximo gobierno tenga que afrontar ninguna “pesada carga” en el tema deuda sino todo lo contrario. En el grafico que sigue se presentan los vencimientos en dólares de intereses (celeste), de capital (azul) y de ambos sumados (línea y números) para los próximos veinte años.
Un elemento relevante es que cuando uno analiza la deuda pública lo relevante a considerar son los pagos que deben que hacerse en moneda extranjera (dólares) ya que los pagos en pesos pueden hacerse emitiendo. Por ello, la llamada “restricción externa” implica que nuestro país si necesita dólares solo puede conseguirlos exportando, recibiendo nuevas inversiones que traigan divisas, utilizando reservas u obteniendo nuevo financiamiento para poder comprar los dólares con los que pagar.
En sentido, se destacan dos vencimientos importantes: uno en 2015 (pago del BODEN 2015) y otro en 2017 (pago del BONAR X), para todos los años venideros el perfil de vencimientos bajo todo concepto disminuye mucho y se ubica en torno a los u$s 4.000 millones.
Nota de opinión completa: La Deuda Externa y el próximo gobierno: ¿una pesada herencia?
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