El veto empresarial al proyecto nacional.
En una sociedad capitalista, los empresarios con sus decisiones de inversión son los que determinan, en gran medida, el éxito o fracaso de un determinado proyecto económico. La amenaza siempre latente de un freno a las inversiones para fugar el excedente económico del país, actúa como un disciplinador de las políticas económicas que las moldea al gusto y placer de los hombres de negocios.
Así, cada vez que un gobierno toma alguna medida que afecta ciertos
intereses económicos, se encienden las luces de alarma de los defensores
del estatus quo. Ayer señalaban con disgusto el ascenso del riesgo país
ante la mera posibilidad de un retraso en el pago de la deuda externa.
Hoy es en nombre de la “seguridad jurídica” y el “clima de negocios” que
se oponen a la expropiación de YPF.
Ante estas advertencias se podría señalar que de no cambiarse el rumbo
de la política de hidrocarburos, los faltantes de gas y combustibles
terminarían por limitar el crecimiento económico, con la consiguiente
caída de las ventas y ganancias empresariales. También se puede
argumentar que los niveles de inversión de los últimos años superan
ampliamente los registrados cuando la “seguridad jurídica” era el
mandato de gobierno. Así es como, desde sectores afines al modelo
económico en curso, se intenta convencer al empresariado de que una
economía en expansión con elevadas ganancias es la mayor garantía para
la inversión.
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