Por Rodrigo López.
El gobierno dispuso el congelamiento de los precios en las góndolas hasta abril, llegando a un acuerdo con las grandes cadenas de hipermercados y los supermercados chinos, cubriendo buena parte de las compras minoristas. Finalmente se sumaron acuerdos sobre la producción, comenzando con los lácteos y la yerba.
La media se aplica de lleno en uno de los meses donde la inflación presenta un componente estacional motorizado por los gastos asociados al inicio de las clases.
No obstante, los acuerdos fueron criticados por economistas de la oposición. Roberto Lavagna, comparó esta política con la llevada a cabo durante el gobierno de Isabel Perón, asociando al gobierno con la ingobernabilidad. Cabe recordar que el propio Lavagna durante 1973-1974 fue Director Nacional de Política de Precios de la Secretaría de Comercio y Director General de Política de Ingresos, es decir, era el Guillermo Moreno de Cámpora y Perón, por tanto uno de los principales responsables del acuerdo de precios e ingresos más famoso de la historia: el Pacto Social.
Este economista, tan ponderado por la oposición para ocupar el ministerio, ya ejerció la cartera de Economía durante la presidencia de Néstor Kirchner. En el 2005, Lavagna instrumentó acuerdos de precios de lo más variados (además de retenciones a la carne). Podemos decir que algo aprendió el hombre, porque en las dos experiencias que aplicó acuerdos de precios fracasó rotundamente.
Los acuerdos de precios son instrumentos limitados. No atacan la raíz del problema inflacionario sino que actúan sobre su manifestación, como el paraguas que no disipa las nubes, pero impide que nos mojemos. Su resultado, sea cual fuere, podrá juzgarse con igual celeridad. De todos modos, recordemos que el granizo inflacionario que cayó en el “Rodrigazo” no se debió al acuerdo de precios sino a la devaluación practicada, una medida del mismo tipo que hoy propone Lavagna.
El gobierno dispuso el congelamiento de los precios en las góndolas hasta abril, llegando a un acuerdo con las grandes cadenas de hipermercados y los supermercados chinos, cubriendo buena parte de las compras minoristas. Finalmente se sumaron acuerdos sobre la producción, comenzando con los lácteos y la yerba.
La media se aplica de lleno en uno de los meses donde la inflación presenta un componente estacional motorizado por los gastos asociados al inicio de las clases.
No obstante, los acuerdos fueron criticados por economistas de la oposición. Roberto Lavagna, comparó esta política con la llevada a cabo durante el gobierno de Isabel Perón, asociando al gobierno con la ingobernabilidad. Cabe recordar que el propio Lavagna durante 1973-1974 fue Director Nacional de Política de Precios de la Secretaría de Comercio y Director General de Política de Ingresos, es decir, era el Guillermo Moreno de Cámpora y Perón, por tanto uno de los principales responsables del acuerdo de precios e ingresos más famoso de la historia: el Pacto Social.
Este economista, tan ponderado por la oposición para ocupar el ministerio, ya ejerció la cartera de Economía durante la presidencia de Néstor Kirchner. En el 2005, Lavagna instrumentó acuerdos de precios de lo más variados (además de retenciones a la carne). Podemos decir que algo aprendió el hombre, porque en las dos experiencias que aplicó acuerdos de precios fracasó rotundamente.
Los acuerdos de precios son instrumentos limitados. No atacan la raíz del problema inflacionario sino que actúan sobre su manifestación, como el paraguas que no disipa las nubes, pero impide que nos mojemos. Su resultado, sea cual fuere, podrá juzgarse con igual celeridad. De todos modos, recordemos que el granizo inflacionario que cayó en el “Rodrigazo” no se debió al acuerdo de precios sino a la devaluación practicada, una medida del mismo tipo que hoy propone Lavagna.
Fuente: Revista Acción.
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