Por Martín Burgos
A través de los años, los argentinos se acostumbraron a que el otoño sea la estación de los primeros fríos, las hojas caídas, los fines de semana largo y las negociaciones salariales. Como el otoño, las paritarias de un año a otro se parecen, pero nunca son iguales. Del álgido 2014, donde la devaluación de enero y la consiguiente inflación habían impactado de lleno en el salario real, a este 2015 con fuerte tono electoral, la coyuntura del conflicto distributivo requiere tener un marco más amplio para entenderla.
La era neoliberal fue signada por los sinsabores del desempleo, del empleo en negro, del monotributo, del patrón que pagaba una parte del sueldo en función de las ventas. Si bien resulta sencillo comparar la situación actual respecto de aquélla, subsisten, sin embargo, grandes desafíos en la búsqueda de superación de ciertos componentes de la relación laboral neoliberal. [...]
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