Por Diego Rubinzal (CEDE-BH)
La buena relación existente entre los gobiernos latinoamericanos es un
poderoso activo regional. Una cuestión no menor es la presencia de
mandatarios que comparten una similar cosmovisión ideológica. En ese
sentido, los presidentes de Brasil, Argentina, Ecuador, Bolivia,
Venezuela y Uruguay están situados –aun cuando entre ellos existan
diferencias de diverso tipo– en el centroizquierda del espectro
político. La intensificación de los vínculos regionales también incluye a
las naciones gobernadas por líderes de centroderecha (Chile, Colombia).
La consolidación de ese nuevo escenario es la que permitió la creación
de la Unasur, del Banco del Sur y la incipiente utilización de monedas
propias en el intercambio comercial regional. La multiplicación del
intercambio comercial, los avances en materia institucional y la
consolidación como zona de paz son todos elementos que realzan las
potencialidades futuras de América latina. En ese marco, ¿es posible
imaginar la construcción de un área monetaria común?
“El objetivo no es la unificación monetaria de los diversos países, sino
la creación de una moneda regional que apunte a sustituir el papel que
hoy día ocupa el dólar estadounidense en el sistema financiero de la
región”, sostiene Asiain en Una moneda regional. Un paso más en el
camino de la integración e independencia en América latina. La creación
de una moneda regional (sin renunciar a las monedas nacionales)
posibilitaría el progresivo reemplazo de la utilización del dólar como
reserva de valor.
Nota completa: Moneda regional.
Nota completa: Moneda regional.
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