La consigna del lobby devaluacionista.
Por Andres Asiain y Lorena Putero (Cátedra Nacional de Economía Arturo Jauretche)
Por Andres Asiain y Lorena Putero (Cátedra Nacional de Economía Arturo Jauretche)
“El modelo está agotado” es una sentencia que responde a una particular interpretación de la etapa histórica que se transita desde el 2003. Quienes la sostienen reducen el complejo proceso político, económico y social en curso a un modelo; más aún, a una variable de política económica; aún más, a cierto valor de la misma. El dólar caro (tipo de cambio real competitivo, en la jerga de los economistas) sería la esencia del modelo y su elemento diferencial frente al 1 a 1 de los noventa. El relato continúa remarcando la pérdida de competitividad que viene sufriendo la economía por tasas de inflación que superan a la devaluación del peso. El consecuente abaratamiento del dólar indica que el modelo avanza hacia su propia muerte para reencarnar en su antecesor: la convertibilidad.
El remedio que corresponde a ese diagnóstico es una devaluación del peso, pero las condiciones actuales no son las de 2002, con reducción del desempleo, reapertura de las paritarias, ampliación de cobertura de seguridad social y un mercado interno en expansión, que asegura una clientela a las empresas que venden al mercado interno. En definitiva, la mejora en las condiciones de vida de la mayoría se presenta como una restricción al club de los devaluadores. En este contexto, la desvalorización del peso podría ser acompañada de una serie de reclamos y recomposición de los ingresos sectoriales que terminen llevando el dólar al valor real previo a la devaluación, sólo consiguiendo un salto en las tasas de inflación. Por eso recomiendan devaluar en el marco de un plan integral que la experiencia indica estaría compuesto por cierta dosis de congelamiento salarial, de enfriamiento de la economía y desempleo, vitales para lograr que la mayoría no pueda recomponer su nivel de ingresos tras el salto en el valor del dólar.
Nota completa: La consigna del lobby devaluacionista.
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