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jueves, 10 de enero de 2013

De cómo recibir barcos en Mar del Plata.

Por Rodrigo López (Cátedra Nacional de Economía Arturo Jauretche).

Allá por el año 1991, durante unos días de noviembre, un gigante portaaviones yankee ancló frente a las costas de Mar del Plata. El monstruoso “Kitty Hawk” era tan grande que no pasaba por el canal de Panamá, así que para ir de un extremo al otro de EEUU tuvo que tomar la antigua ruta bordeando Sudamérica por el canal de Beagle.
En pleno éxtasis menemista, donde ya se había blanqueado la vía neoliberal y Cavallo ultimaba los detalles para lanzar el plan de Convertibilidad, la llegada del portaaviones generó una euforia cholulista y cipaya arengada desde los medios de comunicación. La preocupación pasaba por satisfacer al máximo a los marines, a tal punto que la noticia giraba en torno a si serían suficiente las prostitutas del país para satisfacer a tantos gringos.
Diariamente se daban partes sobre este tema, se mencionaba los días que habían estado en altamar, se hacían notas sobre las miles de prostitutas que viajaban de todo el país, las coberturas de los noticieros enfocaban los contingentes de prostitutas que habían invadido la ciudad para hacerse de unos dólares. Las pocas crónicas que pude revisar (no había diarios digitales) dan cuenta de ello. Un diario marplatense con fecha 13/11/91 tituló “Cálida acogida de Mar del Plata a los marineros del Kitty Hawk”. Encima el jefe del operativo argentino fue un tal capitán Monasterio, el archienemigo del Zorro! Dicen algunos ricoteros que el tema “Queso ruso” es por ese portaaviones. En realidad el barco llegó meses después que se grabó el disco, pero sí es contemporáneo a la época de la primear guerra del golfo.
Como un símbolo de otros tiempos, ayer el pueblo recibió a la Fragata Libertad después de que la presidenta que puso el feriado por Vuelta de Obligado hiciera prevalecer la posición de la soberanía nacional ante los fondos buitres. En vez de una ostentosa máquina de muerte de norteamericana, lo que recibimos ayer fue nuestra nave insignia, una bella embarcación a vela que funciona como buque escuela. Un verdadero hecho histórico, quien iba a pensar que las Madres de Plaza de Mayo irían a recibir a una fragata de la armada argentina? El kirchnerismo recobró para el pueblo el amor por la patria, esa identidad secuestrada por las fuerzas armadas fascistas y vendepatria de la última dictadura militar. Ello incluye el recupero para el pueblo de las propias fuerzas armadas, que deben volver a la tradición popular de sus grandes gestas, como las de San Martín pero también la de los ejércitos patriotas que hay hoy en la región, cuya expresión más acabada es la del comandante Chávez, que puede lucir con orgullo el uniforme verde.
Clarín no sabía cómo frenar el tema. Se concentró las boludeces de siempre. Al igual que con la ex ESMA, dio manija con la zoncera de la choriceada, mostrando paneos de cómo se iban cocinando los embutidos en la parrilla, y cómo los degustaban los militantes. Jauretche en su Manual de zonceras ya se había ocupado de esto, concluyendo que la choriceada es la comida más práctica para alimentar tanta gente junta, problema que no pueden experimentar los partidos que no convocan masivamente y a los cuales les alcanza un locutorio para reunirse. A propósito, el referente nacional del Partido Socialista y gran segundo lejos en las pasadas elecciones presidenciales, Binner, declaró que Ghana tenía razón, y que el país africano es una verdadera república porque tiene una corte suprema independiente. Como no podía ser de otra manera, el De la Rúa socialista no podía terminar la nota sin humillarse sólo al reconocer que Ghana pertenece a la Commonwealth, o sea una colonieta británica.
Clarín machacaba con la idea boluda de que los marineros estaban hartos de que se demorara su reencuentro con sus familiares por culpa del gobierno, al cual responsabilizaba por el incidente en Ghana, así como por haber retrasado la llegada de la Fragata la cual según titulaban “esperaba a Cristina” escondida en el horizonte. Cuantas boludeces! Un marinero de la armada se supone que está preparado para cumplir con su deber, y si se tiene que comer un garrón se lo come, no es un turista con vuelos demorados o un automovilista impaciente ante un piquete. Es un soldado que juró morir por la patria, y tiene que hacer lo que su comandante en jefe de las fuerzas armadas le ordena, carajo! Sino se hubiera dedicado a otra profesión.
Además, la mayoría de los marineros ya había regresado a la Argentina, a tal punto que la noche anterior se les concedió volver a la Fragata para que puedan tener el recibimiento como los demás, y nadie se lo quería perder, se los recibió con honores, a diferencia de los que trajeron escondidos de Malvinas.

Finalmente, operaron cuestiones técnicas, como el calado de los bancos de arena del puerto y el momento óptimo de la marea, cuestiones que Clarín ocultó siempre.
Otro tema con el que se empecinó Clarín fue con la presencia de militantes. A diferencia del año 1991, los colectivos que venían de todo el país no traían prostitutas, traían jóvenes militantes. Los militantes ya conocían esa ciudad, la había copado en caravana en el 2005, cuando Néstor, Chávez, y el Diego hundieron para siempre al ALCA, el proyecto económico de Bush para la región, en fondo del Atlántico. La juventud con ideales y organizada no le gusta al diario que se quedó con Papel Prensa en la Dictadura. Desde sus medios trató de oponerla con un puñado irrisorio de caceroleros improvisados (por su tosca organización) que fueron a buscar en vano incidentes.
Ayer fue una muestra de otros tiempos que vivimos en la Argentina. El discurso tomo palabras de los militantes “Patria sí, colonia no” y del general San Martín que no hablaba de Libertad en abstracto, sino de ser libres. La frase sanmartiniana elegida fue la que acompaña “el seamos libres, lo demás no importa nada”, que la historia oficial pacata suele ocultar por la referencia a los pueblos originarios y por que relaciona la economía con la soberanía: “sino andaremos en pelota como nuestros paisanos los indios”. Al terminar el contundente discurso de la presidenta repudiando el endeudamiento externo y reivindicando el coraje para defender los intereses del pueblo argentino, sonó a todo volumen “Juguetes perdidos “de los Redondos, mientras un marinerito morocho desde cubierta saludaba haciendo la v.


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