Por Andrés Asiain y Lorena Putero
El economista de la Cátedra Jauretche, Rodrigo López, suele decir que así como los esquimales distinguen entre varios tonos de blanco de tanto vivir entre la nieve, los economistas argentinos distinguimos entre diversas causas de presión alcista de precios, de tanto convivir con la inflación. A las tradicionales de demanda y de costos, el ojo especializado del economista nacional le agrega la inflación cambiaria, inercial, por puja, importada, estructural, entre otras. No conformes con tanta diversidad teórica, desde dos extremos aparentemente opuestos del arco político se ha dado curso a una nueva y original teoría: la inflación por corrupción.
En un video disponible en la web, el candidato Jorge Altamira señala que “el motivo principal de la inflación es la forma en que el Gobierno gasta el dinero público”, ya sea por el pago “de la deuda externa a los usureros internacionales”, porque le “da plata a Cirigliano que la invierte en Miami” o porque “pagan sobreprecios”. Similar argumento había esbozado tiempo atrás en un programa televisivo el ex ministro de la Alianza, Ricardo López Murphy, al indicar que la inflación se debía al “excesivo gasto público financiado con emisión”. Al ser consultado sobre si pretendía combatir la inflación con un ajuste del gasto en educación como el que intentó durante su efímera gestión, el economista liberal señaló que había que bajar el gasto que financia “negociados como el de Ciccone”. Al respecto, y sin menospreciar el posible impacto de los mencionados hechos sobre el desvío de los dineros públicos de mejores finalidades, su carácter inflacionario es bastante controvertido.
El economista de la Cátedra Jauretche, Rodrigo López, suele decir que así como los esquimales distinguen entre varios tonos de blanco de tanto vivir entre la nieve, los economistas argentinos distinguimos entre diversas causas de presión alcista de precios, de tanto convivir con la inflación. A las tradicionales de demanda y de costos, el ojo especializado del economista nacional le agrega la inflación cambiaria, inercial, por puja, importada, estructural, entre otras. No conformes con tanta diversidad teórica, desde dos extremos aparentemente opuestos del arco político se ha dado curso a una nueva y original teoría: la inflación por corrupción.
En un video disponible en la web, el candidato Jorge Altamira señala que “el motivo principal de la inflación es la forma en que el Gobierno gasta el dinero público”, ya sea por el pago “de la deuda externa a los usureros internacionales”, porque le “da plata a Cirigliano que la invierte en Miami” o porque “pagan sobreprecios”. Similar argumento había esbozado tiempo atrás en un programa televisivo el ex ministro de la Alianza, Ricardo López Murphy, al indicar que la inflación se debía al “excesivo gasto público financiado con emisión”. Al ser consultado sobre si pretendía combatir la inflación con un ajuste del gasto en educación como el que intentó durante su efímera gestión, el economista liberal señaló que había que bajar el gasto que financia “negociados como el de Ciccone”. Al respecto, y sin menospreciar el posible impacto de los mencionados hechos sobre el desvío de los dineros públicos de mejores finalidades, su carácter inflacionario es bastante controvertido.
Mito completo: Gasto público, emisión y suba de precios.
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