Devaluación expansiva.
Por Andrés Asiain y Lorena Putero
El
lobby por una devaluación brusca del dólar no cesa en el esfuerzo por
presentarse ante la sociedad como una política beneficiosa para todos en
lugar de lo que es, un negocio de unos pocos (exportadores y fugadores,
básicamente) a costa de los muchos (trabajadores y jubilados que verán
disminuido su salario; empresarios, cuentapropistas y profesionales
cuyos ingresos dependen del mercado interno). Comenzaron planteando que
un mayor valor del dólar generaría un salto exportador que permitiría
levantar las restricciones a las importaciones y a la compra de dólares.
Sin embargo, los principales sectores exportadores (complejo soja-maíz,
mineros, vendedores de tubos y autos) gozan actualmente de una
interesante rentabilidad, por lo que su producción exportadora se
encuentra limitada por otros motivos (disponibilidad de tierras,
yacimientos o acceso a los mercados) que no dependen de la cotización
del dólar.
Se planteó que si bien el salto exportador no sería tan relevante,
sí lo sería el estímulo a la producción nacional sustituyendo
importaciones que se encarecerían gracias a la devaluación. Sin embargo,
la producción local ya se encuentra protegida mediante la política de
administración de importaciones, por lo que el impacto más probable de
la devaluación para los empresarios que venden al mercado interno es el
de una pérdida de rentabilidad. El mayor valor del dólar encarecería los
insumos y maquinarias importadas que utilizan, a la vez que disminuiría
el nivel del consumo interno por la caída del poder de compra de los
salarios y jubilaciones inducidos por la aceleración inflacionaria que
acompaña a la devaluación. No hace falta ser un empresario muy despierto
para saber que mayores costos junto a menores ventas, no es muy buen
negocio.
Mito completo: Tipo de cambio y recesión.
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