Todo proyecto de nación tiene sus protagonistas: por un lado el Estado, el empresariado (nacional y extranjero) y sus diversas cámaras (grandes a microempresas) y el trabajo organizado en diversas centrales sindicales. De modo esquemático, durante el período 1989-2001 el Estado propuso un proyecto de nación: cierre de empresas, modernización del principal sector que provee de divisas (el agro) y flexibilización laboral que, para finales del año 2001, tuvo un desempleo del 25 por ciento. Tengamos en cuenta que la ley de inversiones extranjeras (decreto 1853/93) eliminaba la posibilidad de diferenciación entre capital nacional y extranjero en las actividades económicas en territorio argentino. Los únicos beneficiados en ese período fueran las grandes empresas organizadas en la Unión Industrial Argentina y el capital foráneo que, al mejor 2x1 y con el instrumento legal de Reforma del Estado, lograron profundizar las privatizaciones. Por otro lado, el sector agropecuario se modernizó y amplió sojización de las tierras.
Los resultados de este período son conocidos, pero siempre es bueno tenerlos presentes: del total de empresas privadas, entre 1996 y 2002 cerraron 38 grandes y en el espacio de las pequeñas y microempresas el número fue de 4690 y 24.381, respectivamente. Los sectores económicos, de pequeñas y microempresas, más afectados por el cierre estuvieron en: agropecuario (-5293), industria manufacturera (-8127) y comercio (-10.972). Pero estos cierres fueron parte de un plan organizado que plasmó los intereses económico-políticos de las grandes empresas, algunas nacionales, que acompañaron la estrategia económica del capital trasnacional junto a las transformaciones del sector agropecuario y el interés de la banca extranjera que tomaba predominio en el financiamiento al sector privado. El Estado nacional se ponía en manos de los industriales pro importación, mercado externo y salarios bajos con niveles altos de desempleo. [...]
Nota completa AQUI
No hay comentarios:
Publicar un comentario