Por Martín Burgos - Ernesto Mattos y Andrea Medina
La actividad agropecuaria pampeana y extra-pampeana vive desde hace dos décadas cambios estructurales que permitieron aumentar la producción de granos, y conseguir de esa manera excedentes exportables en un contexto de precios internacionales elevados. Esto permitió mejorar el ingreso de divisas al país y alejar, momentáneamente, la restricción externa, fenómeno históricamente muy ligado a los deterioros de los términos de intercambio.
La llegada de nuevos compradores como los países del este asiático y, en menor medida, de medio oriente, produjo cambios en los flujos de intercambio, reemplazando los más tradicionales clientes europeos y generando una nueva geopolítica de los alimentos. Este cambio de dirección de las exportaciones argentinas también generó cambios en la elección de la siembra donde hoy la soja se impone como el cultivo dominante en el país.
Asimismo, la mejora en los ingresos del comercio exterior permitió mejorar la recaudación fiscal a través de los derechos de exportación. [...]
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