Fuerte quita de capital
Por Estanislao Malic
Por Estanislao Malic
El saldo del canje fue sumamente satisfactorio para el país por la quita de capital, la extensión de plazos y la reducción de las tasas de interés, además de la pesificación de gran parte de la deuda.
Al momento de presentar los resultados del canje 2005, las cifras anunciadas tendieron a simplificar en exceso sus resultados: no tenían en cuenta la deuda no ingresada al canje, tampoco la emisión de cupones vinculados con el PBI y se destacaba solamente la quita de capital. La realidad se presenta de forma mucho más compleja, y dado el recrudecimiento del conflicto con los fondos buitre resulta oportuno aportar todas las herramientas y análisis disponibles a fin de alcanzar un diagnóstico esclarecedor.
El profesor Alberto Müller en un artículo publicado en el Cash el 7 de abril pasado abre el debate acerca de la conveniencia del canje, tanto para el país como para los bonistas. En 2010, la Cátedra Nacional de Economía Arturo Jauretche presentó un estudio detallado del mismo. Las metodologías de ambos estudios son similares. Como explica Müller en su texto, establecer la quita simplemente en base al capital resulta sumamente engañoso. Es preciso tener en cuenta la estructura de amortizaciones y las tasas de interés de la deuda. ¿Qué significa esto? Pues simplemente que la misma es una serie de pagos a través del tiempo, por ende, al comparar dos estructuras de pagos diferentes se presenta la dificultad de valorar el tiempo. Por ejemplo: ¿qué es preferible, pagar una deuda en 5 pagos mensuales de 10 pesos o en dos pagos de 24? En un caso se pagará 50 pesos y en el otro 48, sin embargo tal vez se prefiera pagar dos pesos más pero contar con mayor tiempo de repago. La única herramienta que contamos para compararlos es calcular el llamado “valor actual” de cada una: el mismo consiste en traer todos los pagos al momento presente aplicándoles una tasa de interés, la deuda que represente un menor valor actual resultaría la más conveniente para el deudor. Para comprenderlo se puede establecer la siguiente regla general: un mayor plazo de amortización o mayor tasa de interés de descuento implica un menor valor actual; mientras que un aumento en la tasa de interés pagada por los bonos incrementa el valor actual.
Ante todo vale aclarar ciertos aspectos técnicos del cálculo realizado en 2010. La estructura de pagos debería descontarse con una curva de tasas. Esto significa diferentes tasas para diferentes plazos. A fines de simplificar el análisis se optó por utilizar una única tasa, subestimando de esta forma la quita realizada (ya que los bonos entregados poseían plazos más largos). Por otro lado, se sabe que los bonos en pesos entregados ajustan por CER (vinculado con el IPC), al momento del cálculo se estimó que a largo plazo la evolución del mismo no podría diferir significativamente de la evolución del dólar, facilitando así los cálculos. También es claro que debían incluirse los pagos vinculados con el crecimiento del PBI. Se realizaron escenarios diversos considerando para el presente artículo el más optimista.
Al momento de presentar los resultados del canje 2005, las cifras anunciadas tendieron a simplificar en exceso sus resultados: no tenían en cuenta la deuda no ingresada al canje, tampoco la emisión de cupones vinculados con el PBI y se destacaba solamente la quita de capital. La realidad se presenta de forma mucho más compleja, y dado el recrudecimiento del conflicto con los fondos buitre resulta oportuno aportar todas las herramientas y análisis disponibles a fin de alcanzar un diagnóstico esclarecedor.
El profesor Alberto Müller en un artículo publicado en el Cash el 7 de abril pasado abre el debate acerca de la conveniencia del canje, tanto para el país como para los bonistas. En 2010, la Cátedra Nacional de Economía Arturo Jauretche presentó un estudio detallado del mismo. Las metodologías de ambos estudios son similares. Como explica Müller en su texto, establecer la quita simplemente en base al capital resulta sumamente engañoso. Es preciso tener en cuenta la estructura de amortizaciones y las tasas de interés de la deuda. ¿Qué significa esto? Pues simplemente que la misma es una serie de pagos a través del tiempo, por ende, al comparar dos estructuras de pagos diferentes se presenta la dificultad de valorar el tiempo. Por ejemplo: ¿qué es preferible, pagar una deuda en 5 pagos mensuales de 10 pesos o en dos pagos de 24? En un caso se pagará 50 pesos y en el otro 48, sin embargo tal vez se prefiera pagar dos pesos más pero contar con mayor tiempo de repago. La única herramienta que contamos para compararlos es calcular el llamado “valor actual” de cada una: el mismo consiste en traer todos los pagos al momento presente aplicándoles una tasa de interés, la deuda que represente un menor valor actual resultaría la más conveniente para el deudor. Para comprenderlo se puede establecer la siguiente regla general: un mayor plazo de amortización o mayor tasa de interés de descuento implica un menor valor actual; mientras que un aumento en la tasa de interés pagada por los bonos incrementa el valor actual.
Ante todo vale aclarar ciertos aspectos técnicos del cálculo realizado en 2010. La estructura de pagos debería descontarse con una curva de tasas. Esto significa diferentes tasas para diferentes plazos. A fines de simplificar el análisis se optó por utilizar una única tasa, subestimando de esta forma la quita realizada (ya que los bonos entregados poseían plazos más largos). Por otro lado, se sabe que los bonos en pesos entregados ajustan por CER (vinculado con el IPC), al momento del cálculo se estimó que a largo plazo la evolución del mismo no podría diferir significativamente de la evolución del dólar, facilitando así los cálculos. También es claro que debían incluirse los pagos vinculados con el crecimiento del PBI. Se realizaron escenarios diversos considerando para el presente artículo el más optimista.
Nota completa: Evaluación del resultado del canje de deuda en default.
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