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lunes, 23 de septiembre de 2013

Mito económico (Página/12-Cash): Deudor recalcitrante.

La quiebra de la Baring Brothers.
Por Andres Asiain y Lorena Putero

El mito de la Argentina como un “deudor recalcitrante”, formulado recientemente por la Cámara de Apelaciones de la Justicia de Nueva York al avalar el fallo Griesa, tiene sus antecedentes históricos. El más famoso es el que atribuye a la morosidad argentina en pagar sus deudas la quiebra del banco inglés Baring Brothers hacia finales del siglo XIX. El mito suele ser mencionado anecdóticamente por quienes adoctrinan en finanzas a estudiantes de economía de distintas universidades del país, inculcando la idea de que los argentinos tenemos un largo historial de incumplimientos financieros.
La historia de la banca Baring y la deuda externa argentina nace con el primer empréstito tomado por Rivadavia, en 1824. En su famoso trabajo sobre la “Historia del primer empréstito”, Scalabrini Ortiz mostró que del millón de libras emitido como deuda nominal, sólo se recibieron 552.700, la mayor parte como letras a descontar en casas comerciales inglesas instaladas en Buenos Aires. Una larga historia de comisiones y corrupciones, garantías de tierras públicas y rentas aduaneras, cesaciones de pago y renegociaciones, derivó en el desembolso acumulado hasta el último pago, en 1901, de unos 4,8 millones de libras (nueve veces el monto inicialmente recibido). El mito de la quiebra de la Baring transcurre durante el mandato de Juárez Celman (1886-1890) en un contexto de fuerte especulación en la City de Londres sobre valores extranjeros, especialmente sudamericanos. La casa Baring hacía de intermediario, comprando los valores locales y revendiéndolos a un precio superior a los ahorristas ingleses. La colocación en ese mercado de bonos de deuda pública nacional, provincial y municipal, cédulas hipotecarias y acciones de ferrocarriles recientemente privatizados generaba un masivo ingreso de libras a la economía argentina.

Mito completo: Deudor recalcitrante.

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