Ante esa situación, el Estado Nacional encaró una serie de medidas tendientes a recuperar un rol activo en el sector, tanto en la gestión de la recuperada YPF, como en la promoción de inversiones que tiendan a incrementar las reservas de hidrocarburos en favor de la recuperación de la soberanía energética. En ese marco se encuentra el acuerdo YPF-Chevrón, que proyecta una inversión de la multinacional de u$1.200 millones, proyectando alcanzar a partir del quinto año una producción de petróleo del proyecto que representará el 32,9% de la producción actual de YPF, en tanto que en el caso del gas representará un 9,3%. La producción se destinará en un 80% al mercado local permitiendo sustituir parte de las actuales importaciones, mientras que sólo el restante 20% podrá ser exportado libre de derechos por parte de la multinacional. El proyecto estará bajo la dirección de YPF, que de esa manera irá adquiriendo capacidades tecnológicas de explotación de recursos no-convencionales.
El proyecto se realizará en el área Mosconi, que sólo representa el 1,3% del yacimiento Vaca Muerta y que ya se encuentra concesionada a favor de YPF. Sin embargo, por las características técnicas de la explotación de hidrocarburos no convencionales se requiere reasignar superficie ya concesionada para conformar una nueva zona de concesión de explotación no convencional, prorrogando además el vencimiento del permiso desde 2026/7 hasta 2048, con lo cual el período de vigencia es de 35 años, tal como lo permite el Decreto 929/2013.
De esta manera, puede señalarse que tanto la expropiación del 51% del paquete accionario de Repsol en YPF como el actual acuerdo con Chevrón para la explotación de hidrocarburos no convencionales, tienden a promover la soberanía energética, tornando sustentable el crecimiento de la economía argentina y empoderando al Estado en su capacidad de regulación y gestión del sector. El hecho de que algunos partidos opositores se opongan a los mismos, muestra que no actúan en PRO de los intereses de los argentinos, sino más bien, como lobbystas inconfesos de Repsol.
El proyecto se realizará en el área Mosconi, que sólo representa el 1,3% del yacimiento Vaca Muerta y que ya se encuentra concesionada a favor de YPF. Sin embargo, por las características técnicas de la explotación de hidrocarburos no convencionales se requiere reasignar superficie ya concesionada para conformar una nueva zona de concesión de explotación no convencional, prorrogando además el vencimiento del permiso desde 2026/7 hasta 2048, con lo cual el período de vigencia es de 35 años, tal como lo permite el Decreto 929/2013.
De esta manera, puede señalarse que tanto la expropiación del 51% del paquete accionario de Repsol en YPF como el actual acuerdo con Chevrón para la explotación de hidrocarburos no convencionales, tienden a promover la soberanía energética, tornando sustentable el crecimiento de la economía argentina y empoderando al Estado en su capacidad de regulación y gestión del sector. El hecho de que algunos partidos opositores se opongan a los mismos, muestra que no actúan en PRO de los intereses de los argentinos, sino más bien, como lobbystas inconfesos de Repsol.
Nota completa: Reflexiones sobre el acuerdo YPF-Chevron.
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