Nuestro objetivo:

La cátedra nacional de economía política Arturo Jauretche busca recuperar la experiencia de las Cátedras Nacionales de los años setenta para pensar en clave nacional los grandes problemas económicos del país.

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lunes, 25 de febrero de 2013

En el libro de Zaiat, A.: Economía a contramano. Como entender la economía política.

Agradecemos al economista Alfred Zaiat por considerar los aportes que viene realizando la Cátedra Nacional de Economía Arturo Jauretche, en temas económicos nacionales e internacionales para la confección de este libro. Además, se hace preciso seguir construyendo un nuevo cumulo de conocimiento sobre temas tan complejos y simples como la economía política, en un contexto donde el pueblo de a pie y la militancia requieren de instrumentos para continuar la batalla cultural que hoy se esta dando en la Argentina y el continente. Y que tiene su pasado y presente en el quiebre histórico que significo el 2001 en Argentina y 1999 en Venezuela. Es preciso ser organizándonos para conversar y debatir de historia, reflexionar caminando en las calles, en los barrios, y no olvidar el pasado de los pueblos que buscan la liberación nacional y la soberanía política económica con justicia social. 
Este libro es un aporte en esta disputa entre los tilingos y cipayos y el conjunto del pueblo argentino, desandando zonceras.

Mito económico (Página12/Cash): El campo esta en crisis.

Por Andres Asiain y Lorena Putero

Durante los últimos años, las patronales agropecuarias han alertado permanentemente sobre la crisis que vive el campo, señalando como principal culpable a los derechos de exportación, conocidos como retenciones. Más recientemente, se suma a los reclamos terminar con la obligación de liquidar divisas al tipo de cambio oficial. Según el relato opositor, la intervención estatal estaría ahogando a uno de los sectores más competitivos de la economía.
En primer lugar, vale preguntarse si existe una crisis en el campo argentino. Algunos indicadores del sector señalan lo contrario. En relación con el precio que recibe un productor de soja, los datos muestran que en el primer trimestre de 2001, el precio internacional rondaba los 190 dólares por tonelada, que al cambio de la convertibilidad y con retenciones del 5 por ciento daban al productor unos 181 pesos. En la actualidad, la soja cotiza a 540 dólares, que descontando las retenciones del 35 por ciento y al cambio oficial de 5 pesos por dólar, da un valor de 1755 pesos por tonelada. Ello implica un incremento de 870 por ciento en el precio que recibe el productor por tonelada producida, entre comienzos del 2001 hasta el presente. En el mismo lapso, los precios al consumidor aumentaron –según índices provinciales– entre 490 y 530 por ciento, es decir, muy por debajo del incremento de los precios percibidos por el productor sojero.
 
Mito completo: El campo esta en crisis.

En CNNMéxico: Acuerdo de precios.

Entrevista a Ernesto Mattos sobre la politica de acuerdo de precios. Ante la imposibilidad de la oposición de proponer soluciones, o de proponer viejas politicas como el ajuste y recorte de la inversión social, el gobierno se propuso poner en marcha un acuerdo de precios, es un comienzo para tratar el tema inflación.

jueves, 21 de febrero de 2013

En Tiempo Argentino: La barbarie de los "civilizados".

Una frase habitual en los Estados Unidos de Norteamérica es que "pagar impuestos es el precio de la civilización". Por Andres Asiain.
 
Paradójicamente, quienes generalmente ponen al país del norte como un ejemplo de seriedad a seguir son renuentes a dar el ejemplo cuanto les toca su víscera más sensible: el bolsillo. Más bien parecen dispuestos a tomar el modelo de las clases pudientes de Haití, que tiene el triste récord de ser el país con menor carga tributaria de América.
El llamado a la rebelión tributaria y cambiaria realizado en un portal de un partido de derecha, va en sintonía con las declaraciones amenazantes de la dirigencia de las patronales agropecuarias. La consigna parece ser la de patear el tablero, buscando desfinanciar al Estado y generar una presión desestabilizadora sobre el mercado de cambios. No importa si ello genera una crisis económica y política de magnitud, que afecte a la mayor parte de los argentinos. Esos grupos tienen su mercado en el exterior o han atesorado dólares, y poco les interesa la suerte de sus compatriotas con tal de alzarse con alguna ganancia extra.
Es la barbarie de un sector de nuestra sociedad que está pasando un momento de extraordinaria rentabilidad, pero que no está dispuesto a compartirla. Lejos están de acompañar un proyecto político que aproveche la coyuntura internacional de elevados precios de las materias primas para independizarnos económicamente, y realizar las inversiones que permitan diversificar la producción e incluir socialmente a las mayorías por medio del empleo. Prefieren aprovechar el despegue industrial de China para reeditar la experiencia que un siglo atrás enriqueciera a una pequeña oligarquía pampeana, dejando al resto del país en la miseria.

martes, 19 de febrero de 2013

En la Revista del Centro Cultural de la Cooperación: La ruta de la soja: Aportes para el entendimiento de la relación Argentina-China.

La ruta de la soja: Aportes para el entendimiento de la relación Argentina-China
Por Martin Burgos (Cátedra Nacional de Economía Arturo Jauretche - Centro Cultural de la Cooperación).

En el inicio del siglo XXI, Argentina conoce un cambio importante en su comercio exterior, esencialmente por el peso creciente de los países como Brasil y China, que de a poco reemplazan a socios más tradicionales como los países europeos y Estados Unidos como los mayores destinos de las exportaciones y origen de las importaciones. Estos cambios, sin dudas, son el reflejo de las grandes transformaciones que está conociendo la economía mundial, que se traducen en reacomodamientos de todos los países en un nuevo contexto. En buena medida, los cambios que estamos presenciando se deben a la emergencia de la República Popular China como potencia económica mundial: este nuevo “taller del mundo” conoce una revolución industrial que modifica su estructura productiva interna, y se proyecta en su comercio exterior, colocándolo como el primer exportador de mercaderías del mundo, y el segundo importador. ¿Quien recuerda que hasta mediados de los años 80, sus exportaciones consistían por la mitad en productos primarios: petróleo y alimentos? Hoy las exportaciones chinas se componen de todo tipo de bienes industriales, no solo productos de consumo masivo (electrodomésticos, computadoras), sino también bienes de capital.
Desde nuestro continente, la faceta más conocida de esta nueva división internacional del trabajo que se desarrolla alrededor de China la constituyen sus importaciones de materias primas (alimentos, petróleo y minerales), que llegan desde regiones lejanas como África, América Latina, Medio Oriente y Oceanía. Nuestro país se encuentra en esa situación, la de proveedor de materias primas e importador de bienes industriales desde China. Varios autores ven en esa relación la reproducción de la relación desigual que Argentina mantenía con el Reino Unido durante el modelo agroexportador, algunos para criticarla y otros para alabarla. Los argumentos son variados, y pasan por el déficit de nuestro comercio bilateral, las inversiones directas realizadas por capitales chinos orientados exclusivamente hacia la explotación de los recursos naturales, y la dependencia de nuestro país respecto de la venta de soja hacia China.

En la Revista del Centro Cultural de la Cooperación: Teoría clásica de la renta diferencial.

La teoría clásica de la renta diferencial. Una aproximación al papel de la renta del cultivo de soja en el periodo post-convertibilidad. 
 
Por Nicolás Hernán Zeolla (Cátedra Nacional de Economía Arturo Jauretche - Centro Cultural de la Cooperación).

La teoría económica contemporánea se encuentra en una encrucijada. Los hechos de la actual crisis económica internacional devienen, entre los conceptos vigentes, como fenómenos extraños, desconocidos, ajenos; mostrando la incapacidad de las ideas económicas oficiales para dar una explicación consistente de lo sucedido. Es por ello que, en este fracaso, debemos reconocer el urgente pedido de la teoría económica por una transformación fundamental.
Nuevas explicaciones asoman sobre las viejas, dando cuenta del funcionamiento de la economía global, donde se incluyen procesos históricos y variables estructurales. Las nuevas teorías hacen retornar las ideas económicas a aquellas nociones básicas de los economistas clásicos en donde la línea divisoria entre lo económico y lo político parecía carecer de un sentido analítico relevante. Este nuevo giro nos lleva a preguntarnos por el rol del sistema financiero, más allá de meros intermediadores entre oferta de ahorro y demanda de inversión, sino como lugar depositario de intereses específicos, fomentador del endeudamiento y sus relaciones, cumpliendo un rol fundamental dentro del nuevo ordenamiento en el sistema de acumulación global. También nos impulsa a cuestionarnos por el contenido por sobre las formas asépticas de las relaciones comerciales internacionales, las relaciones mercantiles entre individuos y el rol del Estado como intermediador entre ellas.
 

lunes, 18 de febrero de 2013

Mito económico (Página12/Cash): Se viene el rodrigazo.

Puja distributiva, tarifas y tipo de cambio.
Por Andrés Asiain y Lorena Putero.

El fantasma del ministro de Economía en tiempos que gobernaba Isabel Perón fue invocado recientemente por el titular de la Unión Industrial Argentina para intentar moderar los pedidos de aumento salarial en las próximas paritarias. Meses antes, un ex ministro de Economía de Néstor Kirchner en papel de político opositor había realizado declaraciones similares. Para analizar la veracidad de semejantes afirmaciones, recordemos qué fue el mentado Rodrigazo.
El plan de Celestino Rodrigo de junio de 1975 consistió en una megadevaluación y tarifazo realizado con la excusa de que el retraso cambiario y tarifario era insostenible. La brutal suba del dólar y de los servicios públicos provocaron un incremento del costo de la vida, generando una inmediata reacción sindical que terminó en fuertes incrementos salariales. El único resultado claro del plan fue multiplicar por cinco las tasas de inflación sin cambios significativos en los precios relativos. El hecho de que el autor intelectual de las medidas haya sido Ricardo Zinn, posterior colaborador de Videla, y que el primero en acordar los aumentos salariales haya sido el posterior ministro de Economía de la dictadura, entonces presidente de Acindar, dan indicios de que el objetivo real del Rodrigazo era generar una espiral inflacionaria que preparara el ambiente para el golpe militar.

Mito completo: Se viene el rodrigazo.

martes, 12 de febrero de 2013

En Impacto Económico (TeleSur): Recorte del presupuesto europeo 2014-2020.

Entrevista a Ernesto Mattos en el programa informativo "Impacto Económico", del canal TeleSur, que combina lo noticioso con el análisis y la opinión,los cuales reflejan la actividad diaria del mundo económico. En este programa el tema es el presupuesto europeo y sus recortes para el periodo 2014-2020. 

lunes, 11 de febrero de 2013

En Infobae-Opinión: El problema no es el control de cambio.

Por Leandro Llorente y Estanislao Malic (Cátedra Nacional de Economía Arturo Jauretche).

La discusión actual sobre las divisas se centra, al menos en el foro mediático, en el precio del dólar y los efectos negativos (principalmente sociales) del control del mercado cambiario. Mi intención es contextualizar este debate en un marco más amplio, tomando en cuenta la importancia que reviste para el crecimiento económico del país.
Antes que nada, vale la pena mencionar que el control de cambios ha sido una herramienta de política económica utilizada en el pasado por gobiernos de diversos colores políticos en contextos de incertidumbre cambiaria, con el fin de evitar que fueran puestas en peligro las reservas internacionales.
Las reservas, generalmente expresadas en divisa, no son más que la capacidad que tiene un país de intercambiar su trabajo local por productos y servicios fruto del trabajo extranjero. Un país que no posee divisas carece del medio para importar los bienes necesarios para su normal reproducción, incluso a pesar de contar con la capacidad de trabajo suficiente para hacerlo. De este modo, las divisas cumplen un rol similar al de cualquier bien que no se produce en el país, es decir, tienen una utilidad que va más allá del mero hecho de ser dinero. Así como es necesario importar medicamentos para curar enfermedades o computadoras para trabajar, las divisas cumplen la función de permitirnos importar. Esto se torna fundamental en un contexto de industrialización que depende de insumos producidos en el exterior, si bien no siempre es del todo tenido en cuenta por la opinión pública debido a otra característica de la economía nacional, que es su gran nivel de dolarización. Antes de proseguir con mi argumentación me parece conveniente hacer un breve paréntesis con respecto a las razones de dicha dolarización.
El sistema productivo nacional se encuentra lo suficientemente diversificado para no depender exclusivamente de las exportaciones primarias, pero no lo suficiente como para aprovisionarse en el medio local de todos los insumos necesarios para su funcionamiento. En adición, la industria requiere divisas que sólo pueden generarse en la cuantía suficiente en el sector agroexportador, el cual únicamente puede expandir su producción en tanto los precios internacionales sean favorables. Simultáneamente, el crecimiento económico motiva el aumento de la demanda interna de productos manufacturados, por lo que trae aparejado un aumento en las importaciones tanto de bienes terminados como de insumos para la industria nacional. Mientras los precios de los bienes primarios exportados se mantienen elevados, la entrada de divisas por exportaciones resulta suficiente para afrontar el incremento en las importaciones. El problema reside en que en la práctica los precios de las materias primas tienden a sufrir fluctuaciones mucho mayores a las de los productos industriales, lo que en períodos bajistas implica que la entrada de divisas por exportaciones sea inferior a la necesidad de los importadores. Este mecanismo operó en forma cíclica durante toda la segunda mitad del siglo XX y es la causa de fondo de todas las crisis externas que resultaron en fuertes devaluaciones del peso hasta los ’70. Durante la última dictadura y en la década de los ’90 se agregó a esta situación el fuerte endeudamiento externo. 

Suple-Económico (Tiempo Argentino): Soja 2013 "Como pez en el agua".

Por Ernesto Mattos (Cátedra Nacional de Economía Arturo Jauretche).

El año 2013 comienza con una caída en la liquidación de divisas, por parte de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina - Cámara de Exportadores de Cereales (CIARA-CEC), si comparamos enero de 2012 contra 2013, del orden de los u$s 444 millones. 
El año 2012 tuvo una liquidación anual de U$S 23.069 millones, mientras que el 2011 fue de U$S 25.133 millones. Aun con precios internacionales crecientes y récord históricos, durante 2012 se percibe una fuerte especulación por parte de CIARA-CEC y los productores de soja. Esta especulación tuvo como consecuencia una pérdida de U$S 2064 milllones para la economía nacional. 
Esta situación expresa el fuerte componente especulativo de algunos sectores económicos que insisten con maxidevaluaciones para incrementar su poder adquisitivo a costa de otros. 
Sin embargo, debemos tener en cuenta que China absorbe el 60% del total de soja que se comercializa internacionalmente. Según Oil World, entre abril y septiembre de 2013 se proyecta una fuerte importación por parte de China de dicho producto. El producto soja es utiliza para satisfacer las necesidades nutricionales del ganado y las aves. Y además la mitad de los cerdos del mundo se encuentran en China y se agrega un componente a la demanda de soja: los peces. Esta novedosa industria denominada "piscifactoría" será una componente importante en la demanda de importación de soja los principales productores como EE UU, Brasil y la Argentina. 
Como alguna vez dijo Mao, "el ejército popular debe moverse como pez en el agua", así será 2013.
Suplemento económico (TA): Soja 2013 "Como pez en el agua".

Mitos Económicos (Página12/Cash): Una buena cosecha y nos salvamos.

Por Andrés Asiain y Lorena Putero (Cátedra Nacional de Economía Arturo Jauretche).
 
La reminiscencia de la Argentina agroganadera de comienzos del siglo XX renace hoy de la mano de la expansión del cultivo de la soja y el alza de su cotización internacional. El mito extiende a todos los argentinos los intereses de una pequeña minoría ligada al negocio agrícola de exportación, y su reverdecer muestra las dificultades que aún persisten para consolidar un proyecto de país alternativo al de la generación del ochenta.
El valor de la producción agrícola y ganadera argentina representa alrededor del 10 por ciento del valor del Producto, y tan sólo el 5 por ciento si se lo mide con los precios relativos de los años noventa. Adicionalmente, aun si se suma la minería y la pesca, los trabajadores asalariados del sector primario son unos 467 mil, es decir, poco más del 3 por ciento de los asalariados del país. La gran rentabilidad del sector, que se manifiesta en la valorización de los campos (la hectárea de la zona núcleo pasó de 3000 a 16.000 dólares entre 2003 y 2012), no se manifiesta de la misma manera en el bolsillo del peón. Los pocos que trabajan el campo continúan percibiendo salarios por debajo del promedio de las actividades –aun la porción que está registrada–.
La fuerte alza del precio de algunos productos de exportación como la soja y el maíz genera la fantasía, en parte de la clase dirigente, de repetir el centenario rol de proveedor mundial de alimentos e importador de manufacturas. Esta vez, nuevas naciones en proceso de industrialización, como China e India, ocupan el lugar que otrora tenía Gran Bretaña. Sin embargo, ese proyecto de país no genera prosperidad siquiera para todo el campo. Las producciones regionales, e incluso los tambos y la ganadería, se ven acorralados por costos crecientes –como los arriendos– que se fijan a precio soja. La consecuencia es el desplazamiento de los productores y el encarecimiento de los alimentos que consumen todos los argentinos, acicateando la carrera salario-precio y dando un nuevo impulso a la inflación.
 

lunes, 4 de febrero de 2013

Mitos económicos (Página12/Cash): Se viene una nueva hiperinflación.

Por Andrés Asiain y Lorena Putero (Cátedra Nacional de Economía Arturo Jauretche).
 
Comencemos por las causas de la hiperinflación de finales de los ’80, que no son la emisión monetaria descontrolada para financiar el déficit público generado por las ineficientes empresas estatales, como le mintieron a doña Rosa. La causa estructural que derivó en la híper fue la presión que ejercía sobre el mercado de cambios el pago de la deuda externa contraída por la última dictadura militar. En un contexto donde el precio de las materias primas de exportación se encontraba por el piso, y los mercados regionales donde colocábamos bienes industriales se habían reducido por su propia crisis de la deuda, los dólares que ingresaban al país no eran suficientes para pagar las importaciones necesarias para mantener una mínima expansión de la actividad económica y, mucho menos, para cumplir con las deudas externas que habíamos heredado.
Fue así que la democracia retornó con un mercado de cambios bajo extrema presión, donde el permanente salto del dólar se llevaba detrás de sí los demás precios. En ese contexto, la propia inflación deterioraba las cuentas públicas, tanto por la rápida pérdida de valor de la recaudación como por el retraso de las tarifas de los servicios públicos que generaban el déficit del Estado empresarial. La obligada emisión no alimentaba la actividad, ya que las políticas de ajuste impuestas por los acreedores reducían el mercado interno. El resultado era que la emisión iba directo al dólar, incrementando aún más la presión cambiaria. Fue así que las tasas de inflación que superaban el ciento por ciento anual desde 1975, alcanzaron niveles de más del mil por ciento, hasta que nuestros acreedores externos nos dieron tregua. Claro que cobrándose con las principales empresas del país, que les fueron privatizadas a precio de remate y a pagar en títulos públicos desvalorizados. Con los dólares que ingresaron por la cuenta capital se pudo estabilizar el mercado de cambios, y con el dólar quieto se calmaron los precios.
 

En Tiempo Argentino: El gobierno reafirmó la soberanía económica ante las críticas del FMI.

El Ministerio de Economía aseguró que la recomendación del FMI "está totalmente descontextualizada de la real situación económica y social de la Argentina y el mundo". Y defendió el proceso de saneamiento de deuda nacional.
Andrés Asiaín, economista del CEMOP y la Jauretche, opinó que "el tema tiene un revuelo más grande del que merece por su posible impacto, se sobredimensiona por un interés político". Así, subrayó que no habrá implicancias prácticas al menos en el corto plazo y que si bien la relación con posibles desacuerdos ideológicos está más que nada atada a la especulación, hay un hecho claro que es la cercanía del Fondo con los inversores dueños de los bonos atados al CER (inflación oficial), cuestión que muestra una base real para que el Fondo avance en este sentido. "Cómo se miden los precios se tiene que resolver dentro de la Argentina y no por la obligación de un organismo internacional", sostuvo el especialista.
Ni siquiera desde la oposición a la gestión oficial le dieron importancia al pronunciamiento del FMI. Claudio Lozano, diputado nacional del Frente Amplio Progresista (FAP), aseguró que las sanciones del organismo no le preocupaban en absoluto y que el interés tan particular era por su apoyo a los bonistas perjudicados por tener bonos atados a la inflación. "Lo que sí me preocupa es la situación del Indec intervenido hace años. Se necesita volver a tener estadísticas serias para poder realizar políticas públicas en consonancia", sostuvo el economista. Además, agregó que la resolución más simple en el pensamiento de su fuerza política sería restituir a quienes integraban antes el organismo para devolverle de esa forma "el prestigio que tenía antes de que se empezaran a alterar los indicadores".