José Betancourt (Nuevo Encuentro) y Andrés Asiaín.
La charla se realizó en el rectorado de la Universidad Nacional de Entre
Ríos (UNER) y estuvo acompañada por vecinos, en general, y por
militantes políticos de distintas agrupaciones, en particular, quienes
llenaron el salón de actos.
“La década
ganada” fue el título de la charla que desarrolló Asiaín en Concepción
del Uruguay, en el marco del décimo aniversario del inicio de los
gobiernos Kirchneristas que se cumplirá este 25 de mayo. “No
podemos volver a la Argentina de antes”, sostuvo el economista en referencia a cuando había altos índices de desempleo, poca inversión en
educación y un mal nivel de vida de la población. En este sentido, el
economista de la Cátedra Arturo Jauretche señaló tres puntos claves que
caracterizaron a “la década ganada”.
“Independencia económica
(desendeudamiento), defensa de la producción nacional y el empleo y la
mejora de las condiciones de vida de las personas”, puntualizó. Invitado por Nuevo Encuentro, en el marco de Unidos y Organizados,
Andrés Asiaín, un joven economista de unos 40 años, aproximadamente,
llegó hasta La Histórica para hablar de los números en la economía
kirchnerista, más precisamente de los 10 años que pasaron desde el 25 de
mayo del 2003 cuando asumió Néstor Kirchner.
“Antes, cuando
teníamos una deuda que no podíamos pagar, la economía la manejaban de
afuera, no teníamos poder de decisión”, explicó. Al respecto, destacó
que cuando Kirchner comenzó a pagar la deuda, y a no pedir más crédito
externo, “pudo tener un manejo autónomo”.
“Las condiciones de
independencia económica permitieron generar un proyecto político
propio”, agregó. “A partir de allí se tomaron medidas contrarias a las
que te imponían los que antes tenían la sartén por el mango.”
En
cuanto al segundo punto, “la defensa de la producción nacional y el
empleo”, Asiaín aseguró que el modelo k parte de una base de que “hay
que defender la producción nacional porque eso es empleo”.
“Después
se pueden discutir si las gestiones son acertadas, erradas, si un
subsidio estuvo bien o mal dado, esas son cuestiones de gestión. Pero
siempre se parte desde esta premisa ,de defender la producción
nacional”, aseveró.
Sobre el tercer ítem, “mejora de las
condiciones de vida”, afirmó que con los dos primeros puntos se pudieron
generar las condiciones económicas que permitieron aumentos de sueldos,
de jubilaciones y la elaboración de políticas sociales distributivas
como, por ejemplo, la Asignación Universal por Hijo.
“El hecho de
que una persona desempleada, o con un empleo informal, tenga la AUH
permite que cuente con una base mínima para negociar cualquier salario
por sobre ese piso”, reflexionó Asiaín.
En este marco, además
rechazó algunas posturas opositoras, y de parte de la población, sobre
que los beneficios sociales eran mantenidos con lo que se le cobraba a
los que más ganaban por lo que se los perjudicaba. “Diría que es al
revés, porque ese dinero que reciben los primeros beneficiados son la
clase media baja que son los dueños de los almacenes de los barrios. Los
beneficiarios cobran la AUH y van y la gastan en comida de los barrios,
entonces todo se vuelve un círculo virtuoso de consumo”, mencionó.
“Se podría decir, además, que sin esa clase de aportes tal vez la clase
media no tendría trabajo, porque si no tienen a quien venderle tendrían
que cerrar sus negocios y eso generaría desempleo también”, añadió en
el mismo sentido argumentativo.